El gobernador de Tennessee, Bill Lee, promulgó una ley que permite la pena de muerte en condenas por violación de menores, un cambio defendido por el Congreso estatal, controlado por los republicanos, ante la preocupación de que la Corte Suprema federal haya prohibido la pena capital en este tipo de casos.
Lee, quien es republicano, promulgó discretamente la ley la semana pasada sin hacer declaraciones al respecto.
La nueva ley de Tennessee, que entrará en vigor el 1 de julio, autoriza al estado a aplicar la pena capital cuando un adulto sea declarado culpable de violación con agravantes de un menor. Los condenados podrían ser sentenciados a muerte, a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional o a cadena perpetua.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó una ley similar hace casi un año. Pocos meses después de su promulgación, los fiscales de Florida en el condado de Lake anunciaron en diciembre que estaban buscando la pena de muerte para un hombre acusado de cometer agresión sexual a un menor de doce años. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, se considera que este caso es el primero que se persigue en virtud de la nueva ley.
Mientras tanto, la Cámara de Representantes de Idaho, controlada por los republicanos, aprobó una ley similar a principios de este año, pero la propuesta se estancó en el Senado, también controlado por los republicanos.
Muchos partidarios de la versión de Tennessee han admitido que, aunque el Estado de los Voluntarios permitía anteriormente que los violadores de menores condenados se enfrentaran a la pena de muerte, la Corte Suprema acabó anulando esa ley con su fallo de 2008, que consideraba inconstitucional aplicar la pena capital en casos de agresión sexual a menores.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Sin embargo, esperan que la Corte Suprema de Estados Unidos, controlada por conservadores, revierta esa decisión, señalando el esfuerzo de décadas que tomó para anular el fallo de Roe contra Wade, el caso histórico de 1973 que legalizó el aborto a nivel nacional, pero que finalmente fue anulado en 2022.
“Tal vez el ambiente es diferente en la Corte Suprema”, dijo la senadora republicana Janice Bowling el mes pasado mientras debatía a favor de la ley. “Simplemente estamos desafiando un fallo”.
Lee dijo a los periodistas el martes que no firmó el proyecto de ley con la esperanza de que fuera “puesto a prueba” en los tribunales y señaló que los crímenes contra niños son “algunos de los más atroces que existen”.
Los legisladores demócratas y los defensores de los niños temen que la ley pueda infundir más miedo a las víctimas de violación infantil de que hablar podría suponer una ejecución, advirtiendo que muchos niños son víctimas de abusos por parte de familiares y amigos cercanos. Otros han alegado que los depredadores podrían verse incentivados a matar a sus víctimas para evitar un castigo más severo.
ADOLFO VALENZUELA