Los incendios forestales en Portugal han causado ya siete muertos, entre ellos tres bomberos y un brasileño. El martes, el gobierno portugués declaró el estado de calamidad en los municipios afectados. La lucha contra los incendios continúa este miércoles.
Alrededor de 4,000 bomberos siguen movilizados contra los incendios forestales que en solo tres días han arrasado más terreno que en el mismo periodo de 2024, con más de 62,000 hectáreas afectadas por las llamas.
Los tres focos más importantes se concentran en la región de Aveiro, pero hay alrededor de 64 focos activos en todo el país. Hay 25 municipios afectados, 15 de ellos en el norte de Portugal y 10 en el centro.
Entre las siete víctimas se encuentra el brasileño Carlos Eduardo, de 28 años, que intentaba salvar maquinaria de la empresa para la que trabajaba y quedó carbonizado. Nacido en Recife, se trasladó a Portugal hace unos cinco años.
Según el diario portugués O Público, Carlos Eduardo había intentado recuperar junto a otros empleados el equipo que se encontraba en la zona afectada por el incendio y acabó sin poder escapar.
La situación de alerta en Portugal se ha prorrogado hasta la media noche del jueves. Según la información facilitada por la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil (ANEPC), el pasado martes se cerraron varias carreteras, entre ellas un tramo de la principal vía que une Lisboa con Oporto.
También se interrumpieron las conexiones ferroviarias en dos líneas del norte de Portugal debido a la proximidad de dos incendios forestales activos.
El primer ministro portugués, Luís Montenegro, declaró que, en una situación de catástrofe, el equipo multidisciplinar coordinado por el Ministro de Estado y Cohesión Territorial podría ofrecer ya “refugio para los próximos días” a “quienes no tienen casa”.
Ayuda de otros países
Para ayudar a combatir los incendios, España envía a Portugal 230 bomberos de la Unidad Militar de Emergencias, tras la petición de ayuda del ministro del Interior.
El Gobierno también ha puesto en marcha varias medidas excepcionales. Entre ellas, la prohibición de acceder, transitar y permanecer en zonas forestales o caminos rurales, realizar quemas y cualquier tipo de trabajo forestal con maquinaria.
También está prohibido el uso de fuegos artificiales u otros artefactos pirotécnicos. Los parques de la capital portuguesa, Lisboa, también están cerrados.
El alcalde de Águeda, Jorge Almeida, en declaraciones a la agencia de noticias Lusa a primera hora de la mañana, dijo que el incendio rural se había “complicado extraordinariamente” por el cambio del viento y que “pequeños focos de fuego se han convertido en grandes incendios”.
«En estos momentos el fuego está de nuevo fuera de control«, explicó, explicando que el incendio “está muy cerca de los centros urbanos y de la propia ciudad”.
Siete hombres han sido detenidos por delitos de incendio provocado en cuatro días. Tienen entre 38 y 75 años, y están acusados de uso negligente del fuego, una de las principales causas de los incendios ya investigados este año en Portugal.
Según la Guardia Nacional Republicana (GNR), estas personas están siendo investigadas porque son sospechosas de haber provocado incendios. Cuando el riesgo de incendio es alto, se prohíbe el uso de maquinaria en zonas forestales y el uso del fuego en zonas rurales, pero a menudo se hace caso omiso de esta advertencia.