En Azerbaiyán, la COP29 entra en su segunda semana. Delegados de más de 190 países negocian la nueva meta financiera anual de la ayuda climática para limitar el cambio climático a 1.5°C.
Los países en desarrollo piden que esta ayuda se multiplique por 10, pero las naciones ricas exigen que China también contribuya oficialmente a este esfuerzo para la transición.
Tras una semana de negociaciones en la cumbra climáttica de Bakú en Azerbaiyán, RFI conversó con Alejandra López Carbajal, experta en negociaciones climáticas. Fue encargada de asuntos climáticos para el gobierno mexicano y el grupo AILAC. Hoy, sigue esta cumbre climática Cop29 para Transforma, un centro de análisis latinoamericano.
Ha transcurrido una agitada primera semana en la Cop29 de Bakú, con la sombra de la reelección de Donald Trump, el retiro de la delegación argentina por orden del presidente Javier Milei, el conflicto diplomático entre Francia y Azerbaiyán. ¿Cómo avanzan las negociaciones sobre la nueva meta de financiamiento de la ayuda climática para los países en desarrollo, principal tema en la mesa de los delegados?
Alejandra López Carbajal: Normalmente en casi que cualquier cumbre climática Cop, a estas alturas uno puede ver un cierto nivel de progreso y ese no ha sido el caso.
La razón por la que esto está pasando es porque el tema más importante de las negociaciones, la nueva meta de financiamiento climático es muy compleja. Puede representar un cambio muy grande, una señal al sector público y privado de lo que se tiene que hacer.
El G77, principal coalición de países en desarrollo en las cumbres climáticas, pide, por ejemplo, 1,3 millones de millones de dólares anuales de financiamiento. ¿Qué le parece esta cifra?
Alejandra López Carbajal: Es perfectamente necesaria y válida. Ese es el nivel de las inversiones que se necesitan año con año para promover las transiciones tanto energéticas como sociales y de infraestructura, en el mundo en desarrollo, en particular quitando a China.
Siento que hay una narrativa de que vivimos en un mundo de escasez. En realidad, ¡el producto económico global anual es de 100 veces eso! Es de 103 billones de dólares.
Lo que los países en desarrollo, lo que el G77 está pidiendo, es 1,3% de ese total. Entonces, pensando en el alcance de la crisis que significa el cambio climático, lo que se está pidiendo es el 1% de eso dedicado a promover esa esas transiciones.
¿Nos podría dar algunos ejemplos de cómo servirían concretamente estos fondos para la transición energética?
Alejandra López Carbajal: Lo más básico es ¿cómo generamos la electricidad que llega a nuestras casas, que permite que nosotros tengamos luz, que podamos encender la tele y conectar el teléfono todos los días? Hay muchos países que dependen de los combustibles fósiles.
En América latina hay muchos países que tienen una proporción de fuentes de energía renovable, sobre todo hidroeléctricas, aunque no todos, por ejemplo, México que todavía sigue teniendo una mayoría de fuentes fósiles, como 70%.
Pero hay países como Colombia o Brasil que están entre el 60 y el 80% de la generación eléctrica ya en renovables. Tenemos que cambiar las proporciones para ir hacia más energías renovables no convencionales, es decir, no hidroeléctrica, sino solar y eólica.
En América latina, el potencial de tener solar y eólica es inmenso. Podríamos estar llegando a no sólo triplicar, sino inclusive quintuplicar la proporción de lo que tenemos ya.
Hay otro tema muy grande que es el del transporte que, en gran medida en el mundo depende de la gasolina.
Y el otro gran tema es también cómo tenemos infraestructura que nos permita adaptarnos al cambio climático. Puede ser también cómo invertimos en los ecosistemas como manglares en las costas para que los huracanes no destruyan las ciudades costeras.
En la Cop29 en la que se encuentra usted, Estados Unidos y la Unión Europea, los dos grandes bloques de países desarrollados, se mantienen firmes y quieren que países emergentes como China o países del Golfo Pérsico también contribuyan a ese esfuerzo financiero adicional. ¿Es esta posición la que está bloqueando las negociaciones?
Alejandra López Carbajal: No sólo es eso lo que está lo que está deteniendo todo. Es verdad que esa ha sido una de las posiciones más fuertes de los países desarrollados.
Creo que la delegación de Estados Unidos que está presente acá, a sabiendas de que viene un cambio grande en su política, están tratando de ser mucho más progresistas porque realmente quieren resolver hoy aquí este tema porque no sabemos si EE.UU. se saldrá del acuerdo de París.
La Unión Europea, justo porque se sale Estados Unidos, pues le va a quedar la carga más grande del financiamiento y entonces sí que han todavía endurecido más esta posición de que necesitamos que otros países contribuyan.
En realidad, China y otros grandes países del mundo en desarrollo, prácticamente todos los países del G20 que son países en desarrollo ya son contribuyentes de financiamiento climático. La cooperación Sur Sur ya es un hecho.
Lo que se busca es que China y otros países sean más transparentes sobre esa cooperación.
Algunos países piden también la creación de nuevos impuestos globales para financiar esta transición. Un grupo de trabajo liderado por Francia, Kenia y Barbados estudia propuestas para tasar por ejemplo la criptomonedas o el sector aéreo.
Alejandra Lopez Carbajal: No estamos tan seguros de que ese tema impositivo va a quedar en esta decisión de la nueva meta, pero es sumamente importante que se tasen esas actividades que tienen la capacidad de contribuir.
Brasil lideró este año en el G20 un movimiento para poner impuestos a los ultra ricos del mundo, los que están mucho más ricos que el 99% de la población del mundo.
La idea es cómo logramos que esta esta gente que tiene tantísimo dinero y que concentra una parte importante del producto económico bruto mundial pueda contribuir a esta causa. Me parece que fue muy bien recibido en el G20.
Y la otra fuente – y es una propuesta del grupo ad hoc- es la industria de los combustibles fósiles que hoy está ganando cantidades muy por arriba de lo que están pidiendo los países en desarrollo para la nueva meta.
Según el Fondo Monetario Internacional hay entre 2 y 7 billones de dólares de subsidios a los combustibles fósiles. Entonces lo que se pide para la nueva meta es incluso la mitad del rango bajo de esos subsidios que hoy están invirtiendo todavía en la industria que más daño está haciendo al cambio climático.