Este 13 de enero, el juez Nawaf Salam fue nombrado oficialmente primer ministro de Líbano. Salam, que actualmente es presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, fue elegido por 84 de los 128 miembros del Parlamento.
El jefe de Gobierno saliente, Najib Mikati, sólo recibió nueve votos, y 35 diputados se abstuvieron.
Nawaf Salam se enteró de su nombramiento mientras se encontraba en La Haya, sede de la CIJ en los Países Bajos.
La rapidez del nombramiento de Nawaf Salam es el resultado de la nueva dinámica de reactivación de las instituciones libanesas, que comenzó con la elección de Joseph Aoun como presidente el pasado 9 de enero.
Nuevo equilibrio de poder
También refleja el nuevo equilibrio de poder resultante de los recientes acontecimientos en Líbano y Siria, que han conducido notablemente al debilitamiento de Hezbolá y sus aliados.
Durante años, Nawaf Salam ha sido el candidato favorito de las fuerzas políticas hostiles al partido chiita. Hezbolá se abstuvo en la votación del lunes, pero no pudo bloquear su nombramiento, como ha hecho en el pasado.
El juez cuenta también con el apoyo de los países occidentales. Ven en él a un líder capaz de llevar a cabo las reformas políticas y económicas exigidas por la comunidad internacional para sacar a Líbano de su crisis.
De acuerdo con la división de poderes entre las comunidades religiosas del Líbano, el presidente de la República es un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán sunita y el presidente del Parlamento un musulmán chiita.
Rechazo a “la corrupción y el clientelismo”
El nuevo primer ministro, de 71 años, es licenciado por las más prestigiosas universidades francesas y estadounidenses. Su carrera es impresionante: historiador de formación, es también abogado, académico, diplomático y magistrado.
Aunque procede de una importante familia sunita de Beirut con profundas raíces en la política del país, Nawaf Salam no es visto como un representante de la corrupta clase dirigente, criticada por las grandes manifestaciones de 2019.
Firas Hamdane, uno de los 13 diputados elegidos tras las protestas populares contra la clase dirigente desencadenadas en octubre de 2019, dijo que el nombramiento de Salam era “una iniciativa libanesa, sin ninguna interferencia externa”.
Celebró un nombramiento en línea con los “principios” del movimiento de protesta, diciendo que Salam “encarna a los libaneses que rechazan la corrupción y el clientelismo”.
El diputado Gebran Bassil, presidente del Bloque del Movimiento Patriótico Libre, antaño el aliado cristiano más cercano a Hezbolá, nominó a Salam y dijo ver en él “una cara reformista”.
Dirigido por un gobierno interino encabezado por Najib Mikati, Líbano llevaba desde octubre de 2022 sin presidente debido a las disensiones políticas, a pesar de la grave crisis económica y del conflicto que enfrentó a Hezbolá con Israel durante más de un año, antes de un alto el fuego a finales de noviembre.
Reformar el Líbano
El nuevo premier se enfrentará a grandes retos, como la aplicación de reformas económicas para satisfacer a los donantes internacionales.
También tendrá la onerosa tarea de reconstruir franjas enteras del país tras la guerra entre Israel y Hezbolá, y aplicar el acuerdo de alto el fuego del 27 de noviembre, que incluye la retirada de Hezbolá de la zona fronteriza con Israel.
“El primer ministro tiene -a priori- la visión y la credibilidad”, afirma Pierre Duquesne, ex enviado especial del presidente francés para Líbano.
Para este alto funcionario francés jubilado, el siguiente paso es la composición del Gobierno de Nawaf Salam: “Se está rodeando de ministros que garantizarán la reforma. Eso empieza por el ministro de Finanzas, y sin duda, si yo tuviera que elegir, el de Justicia”.
Para Pierre Duquesne, el restablecimiento del Estado de Derecho es esencial en un Líbano desgarrado por la corrupción y una clase dirigente en bancarrota. Estima que se espera que el futuro Gobierno libanés demuestre su capacidad para reformar el país y su economía: “Si el Gobierno se compromete, la comunidad internacional estará allí”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró el lunes que había felicitado a Nawaf Salam, señalando que, tras la “elección del presidente Joseph Aoun, surge una esperanza de cambio” para el país.