La perspectiva de un alto el fuego y un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos dio lugar a importantes celebraciones Franja de Gaza. Del lado, se mezclaba la alegría y la aprensión sobre las condiciones de liberación de los secuestrados y la fragilidad del acuerdo anunciado.
Nada más anunciarse el acuerdo, miles de palestinos expresaron su alegría el miércoles por la noche, en una Franja de Gaza sumida en la oscuridad y aislada del mundo, sin electricidad ni agua, informa nuestro corresponsal en Jerusalén, Sami Boukhelifa.
Expresiones de alegría
En Deir el-Balah, en el centro del enclave, cientos de personas se apresuraron a expresar su alegría frente al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, bailando, ondeando banderas palestinas y haciéndose fotos.
Un hombre y un periodista con chaleco antibalas son subidos a hombros de la multitud para una entrevista por encima de los jubilosos palestinos.
A la llegada de una ambulancia, “Allahu Akbar!” (“¡Dios es el más grande!”) resonó entre los sonrientes hombres y mujeres.
Contactada por teléfono en el campo de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, Randa Samih, una desplazada de la ciudad de Gaza, se esfuerza por contener su emoción.
“No puedo creer que esta pesadilla, que dura ya más de un año, esté empezando a llegar a su fin”, dice esta palestina de 45 años. “Hemos perdido a tanta gente, lo hemos perdido todo”.
“Necesitamos descansar mucho. En cuanto empiece la tregua, iré al cementerio a visitar a mi hermano y a varios familiares”, añade.
Las celebraciones fueron menos expresivas en la plaza central de Ramala, sede de la Autoridad Palestina en Cisjordania, donde los automovilistas tocaban bocina al pasar junto a un pequeño grupo de personas que repartían pasteles.
“Los que afirman que no hay victoria se equivocan: hay una victoria innegable”, declaró a la AFP Omar Assaf, vecino de la ciudad, “porque el enemigo ha fracasado en todos sus objetivos, mientras que la resistencia conserva toda su fuerza”.
Reacciones contrastadas
Las reacciones fueron más contrastadas entre los israelíes, que manifestaron tanto alegría como aprensión tras el anuncio este miércoles de un acuerdo para una tregua entre Israel y Hamás en Gaza, que también incluye una liberación de rehenes en manos del movimiento islamista palestino.
«Por un lado, por supuesto, estoy muy feliz, pero también estoy preocupada porque quiero ver que el acuerdo continúe hasta que el último rehén esté de regreso a casa, en su cama, vivo o muerto», afirmó Ornit Barak, de 59 años, a la AFP.
«Estamos muy preocupados de que en algún momento, por alguna razón, se detenga [el acuerdo] y volvamos a la guerra», añadió la mujer, durante una protesta en Tel Aviv para pedir el fin del conflicto y el regreso de los rehenes.
«Para nosotros, esto es solo el comienzo, los queremos a todos aquí. No termina, no es suficiente si solo algunos de ellos regresan», declaró Arnon Cohen, un habitante del kibutz Nahal Oz, cerca de Gaza.
Aún hay dos personas de la comunidad retenidas en el territorio palestino. «Los queremos aquí, con todos los otros rehenes, muertos y vivos», añadió.
Para Ifat Kalderon, prima del rehén franco-israelí Ofer Kalderon, «hay sentimientos encontrados, por un lado, alegría, mezclada con una ansiedad horrible antes de saber qué realmente va a suceder».
«Si el acuerdo sucede, no sé cómo regresará Ofer — si está vivo o no — pero creo que está vivo», dijo.
«De verdad espero que no termine solo con el regreso a casa de los 33 rehenes, sino que todos regresen», continuó.
«Creo que todo debe hacerse para traer a todos los rehenes a casa, esa es la prioridad. El precio es muy, muy alto, es cierto, pero hay que traerlos», dijo Tamar, una profesora de 38 años que vive en Jerusalén.
«El dolor es inmenso, no puedo imaginar lo que las familias [de los rehenes] están atravesando, y debemos hacer todo lo posible para traerlos a casa», añadió.
En una primera fase deberán ser liberados 33 rehenes, comenzando por las mujeres y los niños, a cambio de mil palestinos detenidos por Israel.
Una segunda etapa, que requiere más negociación, debe seguir a la primera.