Un juez federal paralizó el ultimátum dado a más de dos millones de funcionarios de Estados Unidos para que decidan si dimiten con ocho meses de sueldo como indemnización, según un plan del magnate y asesor Elon Musk para reducir la administración pública.
Los sindicatos temen que el Gobierno no pueda cumplir con su propuesta por carecer de validez el acuerdo.
Bajo el argumento de reducir el tamaño del Gobierno y ahorrar dinero de los contribuyentes, Elon Musk había dado a miles de trabajadores federales hasta la media noche del jueves para aceptar el paquete de renuncia que incluía el pago salarial hasta septiembre de este año.
Doge, la agencia para reformar el Gobierno liderada por Musk, precisó que el que decida no renunciar se esperará que sea «leal».
Sin embargo, el juez de distrito George O’Toole Jr. en Boston aplazó la fecha hasta después de una audiencia judicial programada para el próximo lunes por la tarde, con el fin de escuchar los argumentos de ambas partes.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que 40,000 trabajadores ya se han inscrito para dejar sus trabajos. Esto representa alrededor del 2% de la plantilla.
Incertidumbre
Muchos han salido a las calles a manifestarse porque no hay seguridad de que el Gobierno pueda cumplir con el paquete, argumentando que hay una cláusula que dice que se tiene que renunciar al derecho a demandar si el Gobierno no cumple con su parte.
Los empleados que consideren la oferta se exponen a la incertidumbre, entre otras cosas porque se ignora si Donald Trump tiene el derecho legal de hacer la propuesta y si cumplirá las condiciones. Los sindicatos advierten que sin la firma del Congreso sobre el uso del dinero presupuestado federalmente, los acuerdos pueden carecer de validez.
Musk dijo que las dimisiones son una oportunidad para «tomar vacaciones» o «simplemente ver películas» y relajarse.
Un empleado de la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos, donde Musk ha puesto a su equipo en puestos clave, declaró a la AFP bajo anonimato que el plan consiste en fomentar las renuncias a través del «pánico».
Grandes agencias afectadas
Con su oferta, el jefe de SpaceX, Tesla y la red social X hace temblar las agencias que durante décadas han gestionado la principal economía mundial, desde la educación hasta la inteligencia nacional.
Usaid, la agencia gubernamental para la distribución de ayuda en todo el mundo, ha quedado paralizada. Se ordenó al personal quedarse en casa, mientras la Casa Blanca y la prensa de derecha la acusan de despilfarro.
La Asociación Estadounidense del Servicio Exterior (AFSA) confirmó el jueves por la noche que su plantilla pasará de más de 10,000 trabajadores a menos de 300, y anunció que emprenderá acciones legales contra la medida.
Trump también quiere cerrar el Departamento de Educación, mientras colaboradores de Musk han generado un gran revuelo al intentar acceder a un sistema de pagos del Departamento del Tesoro fuertemente custodiado.
Los incentivos para dimitir se han extendido incluso a la CIA. Según un informe de The New York Times, la agencia envió a la Casa Blanca una lista de los oficiales de menor rango, y más fáciles de despedir.
De acuerdo con el diario, en el listado están sus nombres e iniciales de sus apellidos, pero se transmitió a través de un correo electrónico no clasificado, lo que hace temer que adversarios extranjeros tengan acceso a sus identidades.
En la misma línea, la fiscal general de Estados Unidos disolvió una unidad del FBI dedicada a combatir la injerencia extranjera en las elecciones estadounidenses que se creó después de que se acusara a Rusia de haberse inmiscuido en las presidenciales que Donald Trump ganó en 2016.