La presa de Monte Grande es catalogada por el Gobierno como la obra hidráulica más importante del Caribe, busca proveer agua potable a las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia, además de un beneficio indirecto para Azua, mejorar el sistema de riego agrícola y generar energía hidroeléctrica.
El embalse, que es la infraestructura de ingeniería de mayor dimensión, está funcionando, pero las obras complementarias aún se encuentran en fase de diseño.
“Esta presa con aproximadamente 350 millones de metros cúbicos, conjuntamente con la presa de Hatillo, va a ser la más grande que va a tener la República Dominicana y también el Caribe.
Claro, en Honduras hay otra presa de considerable volumen, pero no es de uso múltiple como será el caso de Monte Grande”, declaró a Diario Libre el ingeniero Olmedo Caba Romano, director del Indrhi.
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Olmedo asegura que los recursos financieros para completar la presa están garantizados. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) ha comprometido 236 millones de dólares para financiar las obras complementarias, mientras que el Estado dominicano deberá aportar el monto restante hasta alcanzar un total de 336 millones.
Pero, estos fondos no pueden ser utilizados hasta que los diseños estén listos, pues constituyen la base para el proceso de licitación y contratación.
La base de la presa
Durante la visita a la presa el equipo de Diario Libre notó unos pequeños lagos al sur de la presa. El director dijo que la preparación del suelo de la presa de Monte Grande incluye un muro especial de asfalto que sella e impermebializa.
Según explicó, esta técnica consiste en la utilización de capas de materiales que varían gradualmente de diámetro, desde granulometrías más finas hasta diámetros mayores, permitiendo así una óptima compactación y sellado de la estructura con diferentes materiales.
Subrayó que esta innovadora técnica del muro de asfalto no tiene precedentes en la región del Caribe o Centroamérica, ya que implica la colocación progresiva de materiales desde el más fino hasta los de mayor diámetro.
Indicó que esta variación gradual es clave para asegurar una base firme y una alta impermeabilidad, aspectos fundamentales para garantizar la durabilidad y seguridad operativa de Monte Grande.
Lo que falta
Entre las infraestructuras pendientes se encuentra el suministro de agua potable a través de una línea de conducción que abastecerá a las provincias de Barahona, Bahoruco e Independencia. Actualmente, estas zonas dependen de electrobombas y pozos, un sistema vulnerable a las fluctuaciones en los niveles de los acuíferos y al mantenimiento constante de los equipos.
Junto a la presa se plantea construir una planta de tratamiento y una línea de conducción mixta.
Este proyecto se encuentra también en fase de diseño. De acuerdo con Olmedo, afectó el diseño el incremento de la tubería de 2 metros cúbicos a 3.5 por segundos.
La infraestructura de riego agrícola, que contempla la instalación de canales en ambas márgenes del río Yaque del Sur permitirá irrigar entre 350,000 y 400,000 tareas de tierra agrícola.
El diseño, de acuerdo con el máximo directivo del Indrhi, está “en la fase final”.
En el ámbito energético, el proyecto incluye la construcción de generación hidroeléctrica con una capacidad instalada de entre 13.2 y 14 megavatios. Su diseño ya está finalizado y en proceso de evaluación técnica para su licitación.
Agricultores y dirigentes comunitarios de Barahona, Bahoruco, Independencia y Azua, cuyas tierras se encuentran en la cuenca baja de la presa de Monte Grande, destacaron el impacto positivo sobre la producción agrícola, la prevención de inundaciones y el acceso para acceder al agua.Bolívar Mateo, representante de los agricultores, explicó que anteriormente, comunidades como Tamayo, Uvilla, El Jobo, El Peñón, Fundación y Jaquimeyes enfrentaban constantes temores por las inundaciones durante las lluvias, situación que ha quedado atrás con la construcción de la presa. Además, aseguró que las tierras agrícolas aumentaron más del 50 % en su valor comercial gracias a la seguridad hídrica.“Antes, cuando había lluvias intensas, la gente no dormía por temor a inundaciones repentinas. Hoy los agricultores tienen confianza en que sus plantaciones no serán afectadas”, afirmó Mateo.Por su parte, Luis Pérez Félix, agricultor de Azua, destacó el aumento en la disponibilidad de agua para el cultivo, beneficiando principalmente la producción de plátano, el cultivo dominante en la zona. Resaltó que la rehabilitación del canal Ysura ha incrementado significativamente la eficiencia en la distribución del agua.Orlando Ferreras, agricultor de Neiba y representante de La Joya del Lago, agregó que además de favorecer la agricultura, la presa generará, a futuro, agua potable y electricidad, lo que aumentará considerablemente el desarrollo económico y social en las provincias beneficiadas.Ana Luisa Pérez, de Mella, manifestó su agradecimiento al gobierno por atender necesidades históricas en la región. Pero al mismo tiempo solicitó apoyo adicional para completar infraestructuras pendientes las cuales permitan aprovechar aún más los beneficios de la presa. La expectativa de los sureños es que Monte Grande impactará a más de 40 mil familias en unas 50 comunidades del sur del país, y garantizará una mejoría sustancial tanto en la agricultura como en las condiciones de vida general de sus habitantes.