Santiago. Las nuevas autoridades municipales deberán tener como reto el enfrentar el retorno de niños que recurren a la labor de mendicidad.
A estos problemas se suman aquellos menores y adultos dominicanos y haitianos que están retornando las calles y avenidas del municipio de Santiago de los Caballeros como limpiavidrios. Y es que en la medida en que se agudiza la crisis en Haití, continúa aumentando el número de personas de la vecina nación que deambulan por las principales vías de esta ciudad y que se dedican a pedir limosna, otros en condición de vulnerabilidad.
Una gran parte de esos niños pedigüeños se colocan debajo del elevado, entre las avenidas 27 de Febrero y Estrella Sadhalá, algunos con pancartas y mensajes escritos en los que piden ayuda.
El retorno de estos menores se debe a la falta de continuidad a los proyectos de apoyo a la niñez.
Preocupación
En varias ocasiones se ha denunciado como una gran cantidad de niños dominicanos y haitianos se dedican a vender paletas o flores en horas nocturnas, a mendigar o hasta verse expuestos por bandas que operan en barriadas y que los utilizan como mulas.
En marzo del año 2019, se dio inicio a un plan gubernamental que buscaba rescatar a niños, ancianos y personas vulnerables de las calles del municipio de Santiago de los Caballeros. Algunos de estos niños eran utilizados por sus padres en labores de pedigüeños.
En uno de los casos, se trataba de un niño expuesto por su madre en la avenida Estrella Sadhalá, casi esquina Bartolomé Colón que pedía con un suero puesto en los brazos y el estómago, a personas que circulaban en vehículo por esa zona. En otro caso, un individuo que colocaba a un niño en una silla de ruedas y lo drogaba con cemento para poder utilizarlo como mendigo.
Acciones para el rescate de menores y adultos
Las medidas ejecutadas a lo largo de los años se han hecho de forma limitada y por poco tiempo, lo que permitió que nuevamente se establecieran en las principales calles y avenidas.
Uno de los programas buscaba trabajar además de los niños en condición de vulnerabilidad, con los envejecientes que pernoctan por las calles de este municipio.
MIGUEL PONCE