La Oficina Nacional de Defensa Pública encontró que 503 reclusos con diversos trastornos mentales convivían en 2023 con reclusos regulares en el sistema penitenciario dominicano en condiciones inhumanas.
Sin medicamentos, tratamientos o los espacios adecuados, las cárceles del país resuelven aislar a esos presos en cuartos de concreto, donde pasan las 24 horas del día, algunos desnudos y haciendo sus necesidades en el suelo.
En su último informe, la Oficina Nacional de Defensa Pública encontró en 2023 casos como el de Modesto de Jesús Pérez Coronado, quien para ese entonces se encontraba “en una celda de aislamiento de aproximadamente tres metros, sometido a tratos inhumanos” en la Cárcel Concepción de La Vega.
“Su condición de salud mental le llevan a hacer sus necesidades y ensuciar su cuerpo con sus heces fecales, provocando que las celdas tengan un hedor inaguantable”, describe el documento.
El Segundo Juzgado de la Instrucción de La Vega lo declaró como “inimputable” y dispuso cambiar la prisión por una medida de seguridad.
Las autoridades lo llevaron al Centro de Rehabilitación Psicosocial Padre Billini (conocido como El 28), pero allí lo rechazaron porque no se había cumplido el protocolo. El recluso fue devuelto a la cárcel.
“No recibe las atenciones debidas, carece de comida adecuada, medicamentos, ropa limpia y un espacio higiénico. La celda no dispone de una cama adecuada, ni de ventilación suficiente, y el tiempo de recreación al aire libre es inexistente”, se indica en el informe de la Defensoría, que no indica su actual situación.
Otra que para ese entonces estaba aislada es María Esther Sánchez, del Centro de Corrección y Rehabilitación Baní-Mujeres, debido a que “su condición la hace violenta”. El centro gestiona sus medicamentos con instituciones colaboradoras.
En la cárcel de San Pedro de Macorís, un joven de 18 años llamado Andy Luis Geraldo Perdomo, presentaba un trastorno psiquiátrico no especificado. Defensoría asegura que, debido a la abstinencia y la falta de tratamiento adecuado, se ponía muy violento durante las crisis. Permanecía esposado y desnudo en una celda.
Por todo lo narrado, la Defensa Pública propone crear un centro psiquiátrico para alojar a privados de libertad con trastornos mentales, en cumplimiento con las medidas de seguridad conforme a la ley.
Son inimputables
Las personas que cometen un crimen en estado de demencia son inimputables, por los que no pueden ser condenados a ningún tipo de castigo.
Así lo establece el artículo 64 del Código Penal: “Cuando al momento de cometer la acción el inculpado estuviese en estado de demencia, o cuando se hubiese visto violentado a ello por una fuerza a la cual no hubiese podido resistir, no hay crimen ni delito”.
El abogado penalista Plutarco Jáquez explica que esta condición debe ser probada con un certificado producto de la evaluación de tres psiquiatras.
Jáquez estima que la culpa de esta situación la comparten la Procuraduría General de la República, encargada del sistema carcelario, y la Oficina Nacional de Defensa Pública, a la que corresponde abogar por las personas que no cuentan con un abogado.
Un caso reciente
Las personas que cometen un crimen en estado de demencia son inimputables, por lo que no pueden ser condenados a ningún tipo de castigo.
Así lo establece el artículo 64 del Código Penal: “Cuando al momento de cometer la acción el inculpado estuviese en estado de demencia, o cuando se hubiese visto violentado a ello por una fuerza a la cual no hubiese podido resistir, no hay crimen ni delito”.