Hogar Crea Dominicana opera con un déficit de 124 millones de pesos porque supuestamente los 51 millones que le aporta el Estado dominicano no le permite cumplir con la creciente demanda de servicio para atender a las personas adictas a las drogas que acuden al centro de rehabilitación, que, en la actualidad, sobrepasa su capacidad de acogida, “debido al incremento de la drogadicción en los últimos años”, según revelaron los ejecutivos de la entidad sin fines de lucro.
La información la ofrecieron Julio Manuel Díaz Capellán, director ejecutivo y fundador de Hogar Crea, y Juan Agustín Molina Almonte, presidente de la junta directiva, en el acto de celebración de su 49 ceremonia de reeducación (graduación), donde entregaron 500 certificados de reeducación a jóvenes entre hombres y mujeres que cumplieron con su proceso de tratamiento residencial para luego pasar al programa de seguimiento.
Dio Astacio, Julio Manuel Díaz Capellán y Juan Agustín Molina Almonte (FUENTE EXTERNA)
En ese sentido, los ejecutivos de la entidad que próximamente cumple su 50 aniversario de fundación, sugirieron la necesidad de aumentar los aportes tanto públicos como privados para ayudar a la entidad a cumplir con el presupuesto real de 175 millones que se necesita para atender la creciente demanda personas que están cayendo víctima de las drogas.
“Estamos operando con un déficit de 124 millones de pesos, recibimos solo 51 millones del Estado, pero nuestro presupuesto actual debe ser de 175 millones para poder cumplir con la demanda actual”, explicó Molina Almonte.
De su lado, Julio Manuel Díaz Capellán resaltó que han cumplido en un 100 % la labor que el gobierno ha depositado en Hogar Crea, mientras explicó las amenazas que existe para cumplir con la demanda en el país, indicando que en la actualidad tienen “1,200 internos y más 1,000 ambulatorio». Sin embargo, no cuentan con camas suficientes ni para mujeres, ni para adultos, ni para niños.
Lamentó que con los recursos que cuentan no pueden cubrir ni siquiera con el 50 % de las necesidades, por lo quetienen que rechazar a muchas personas que deben continuar su proceso de rehabilitación, porque el factor tiempo es decisivo y no pueden esperar.
Al ser preguntado por periodistas sobre las importantes cantidades de drogas decomisadas en el país en los últimos meses, Díaz Capellán admitió: «Para nosotros, este año y en los últimos dos años, hemos sido muy afectados por el asunto del crecimiento de la drogadicción«.
Dijo que «todo el mundo sabe que la droga sintética constituye un elemento muy peligroso, amenazante a todas las naciones que todavía ni siquiera las autoridades tienen un control absoluto de la salida, elaboración y expendio de esas sustancias. Entonces, a nosotros nos afecta mucho”.
En su discurso llamó a los rehabilitados a la disciplina y a continuar haciendo esfuerzos para evitar recaer.
«La drogadicción no es un tema fácil y no existe una recuperación mágica porque es un esfuerzo que conlleva lágrimas de sangre», resaltó el fundador de Hogar Crea.
Añadió que después de la pandemia la adición ha crecido en el país, por lo que llamó a la población a no descuidarse porque cualquier persona pude caer adicta a las drogas.
También habló el alcalde de Santo Domingo Este, Dio Astacio, quien valoró los esfuerzos de la valentía de quienes aguantan el proceso de rehabilitación, indicando que tuvo un hermano que no superó el «milagro» de la rehabilitación, por lo que exhortó a los graduandos a seguir esforzándose hasta lograrlo.
Entrega de certificados
El acto de graduación se realizó este sábado en el salón Independencia del Ministerio de Defensa, con la asistencia de autoridades civiles y militares e invitados internacionales.
En el evento se le entregó certificado de reeducación a 500 jóvenes entre hombres y mujeres que cumplieron con su proceso de tratamiento residencial para luego pasar al programa de seguimiento.
Necesidades que no se han podido cubrir
Los ejecutivos de Hogar Crea afirmaron que tienen en espera a más 300 personas por falta de camas. También, tienen la necesidad de abrir dos centros femeninos, dos de menores y adolescentes, tres masculino, seis centros de sobriedad, seis unidades de intervención en crisis; así como, la necesidad de psicólogos, psiquiatras, médicos, enfermeras y personal docentes, entre otros.
De igual manera, se quejaron de “que los gastos de energía eléctrica, alquileres de locales, pago de impuestos, y los gastos operativos se han disparado de manera exorbitantes”.