A pesar de la belleza indiscutible de sus playas y la cantidad de proyectos inmobiliarios turísticos en auge, Juan Dolio no ha logrado recuperar el esplendor que alguna vez le distinguió, ante un evidente descuido.
Durante años, esta localidad fue un destino predilecto para vacacionar, a tan solo una hora de la capital, ofreciendo atractivas opciones para locales y extranjeros. Sin embargo, hoy, esa dinámica parece haber quedado rezagada, perdiendo el impulso que lo había colocado en el centro de las ofertas turísticas.
En épocas de su máximo esplendor, Juan Dolio era uno de los puntos turísticos más destacados de la región, llegando a tener ofertas hoteleras que ascendían las 4,255 habitaciones operativas, más 130 unidades en construcción, y alrededor de 600 habitaciones extra hoteleras. Sin imaginar que viviría un cambio radical que haría descender su ocupación a un 35%, uno de los puntos más bajos debido a la crisis del 2004.
Entre el 2005 y 2015, la zona vivió un enorme golpe, ante el cierre de varios hoteles emblemáticos, entre ellos el Barceló Capella Beach Resort, con 500 habitaciones, así como otros establecimientos de renombre como el Hotel Decameun, el Hotel Metro Marina, el Hotel Playa Real, el Hotel Punta de Garza, el Hotel Costa Linda y el Hotel El Tamarindo.
La salida de estos alojamientos, que fueron pilares del turismo local, dejaron una brecha significativa, en medio de una oferta que enfrenta el desafío de renovarse y adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
Según el director de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), en Juan Dolio, Francisco Bonilla, hoy en día están habilitadas unas 1,744 habitaciones hoteleras. Actualmente los alojamientos que permanecen cerrados tienen unos 1,200 aposentos que han sido desplazados en gran manera por el turismo inmobiliario.
Estancamiento
El estancamiento de Juan Dolio en el sector hotelero, tiene raíces profundas, una de ellas se remonta a la implementación de la Ley 158-01 de Incentivos a la Inversión Turística (Confotur).
De acuerdo a Bonilla, la mayor parte de los fondos destinados a impulsar el sector turístico se dirigieron a destinos cercanos, como Punta Cana y Bávaro, dejando a la localidad fuera de la ecuación en los primeros años de la ley. Esto provocó que la zona se quedara atrás en términos de modernización de infraestructuras, lo que afectó su competitividad.
Además, factores internacionales, como los atentados del 11 de septiembre de 2001, que afectaron gravemente al turismo global, y la posterior desaceleración económica mundial, mermaron la ocupación hotelera en muchas regiones del Caribe, incluida Juan Dolio. El impacto de la pandemia de COVID-19 en 2020 fue otro golpe duro para la ya debilitada industria turística.
David Llibre, saliente presidente de Asonahores, considera que, con una renovación enfocada en ofrecer experiencias únicas y diferenciadas, Juan Dolio tiene el potencial de resurgir como un destino turístico integral. “No basta con estar cerca de la capital. Es necesario contar con una oferta hotelera que atraiga a turistas con propuestas novedosas y de calidad”, señala.
Desafíos urbanos persistentes
Aunque el Gobierno ha invertido en la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales y la repavimentación de algunos sectores de la localidad, persisten numerosos problemas urbanos. En varias zonas, la falta de iluminación y el mal estado de las calles afectan la seguridad y la calidad de vida, tanto para los turistas como para los residentes.
En el residencial Mardesol, los vecinos denuncian que las condiciones de sus calles son insostenibles, con charcos, barro y vertederos improvisados que dificultan la movilidad y afectan la salud de los residentes.
“La comunidad está olvidada”, lamenta un vecino, quien asegura que, a pesar de los llamados a las autoridades, no se han visto avances sustanciales.
A nivel social, los conflictos derivados de la presencia de trabajadores haitianos en las obras de construcción también han sido una fuente de tensiones. Los residentes piden que se regule esta situación para evitar que afecte el entorno y la calidad de vida en la zona.
Sector inmobiliario
Pese a los retos, Juan Dolio ha encontrado un camino alternativo en la oferta inmobiliaria.
Bernardo Florida, residente de la localidad, señala que la ocupación se ha superado el 80% en los últimos años, principalmente debido al auge de la industria cinematográfica, que ha atraído un mayor número de turistas y residentes. No obstante, manifiesta que la falta de promoción y la competencia con otros destinos cercanos exigen una estrategia de marketing más agresiva para revitalizar la marca Juan Dolio y atraer tanto a turistas nacionales como internacionales.
A medida que los proyectos inmobiliarios continúan desarrollándose, la pregunta sobre el futuro turístico sigue siendo incierta. Mientras tanto, Juan Dolio sigue luchando por encontrar el equilibrio entre su rica herencia como destino turístico y las necesidades de modernización y adaptación para afrontar los desafíos del presente.