La violencia en Santiago ha alcanzado un punto crítico con tres ejecuciones en menos de una semana, todas con el mismo patrón de ataque, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de una ola de crímenes por encargo en la ciudad.
El más reciente ocurrió la tarde del sábado, cuando dos jóvenes fueron asesinados a tiros en un repuesto de motocicletas ubicado en la carretera Jacagua, en el sector Los Ciruelitos.
Las víctimas fueron identificadas como Rony Perozo y otro joven aún sin identificar. Según testigos, los atacantes llegaron a bordo de una motocicleta, entraron al establecimiento y dispararon sin mediar palabras.
“Primero le dispararon al compañero y luego a Rony”, narró un testigo que presenció el ataque.
Tres asesinatos con el mismo patrón
Este nuevo crimen se suma a otros dos recientes en Santiago, con características casi idénticas:
Martes 21 de enero: Desconocidos asesinaron a Ramírez Brito (44 años) en su almacén, ubicado en la calle Eladio Victoria esquina Capotillo, en el sector Hospedaje Yaque. Jueves 23 de enero: Dos encapuchados en una motocicleta ejecutaron a Wilson Darío Salazar Hernández (57 años) en la calle Tres del sector Camboya.
En cada uno de estos casos, los atacantes actuaron de manera rápida y precisa, disparando varias veces contra sus objetivos antes de huir sin dejar rastro.
“Se escucharon al menos seis disparos antes de que los atacantes escaparan”, afirmaron testigos del asesinato de Salazar Hernández.
¿Crimen organizado detrás de la ola de ejecuciones?
Aunque la Policía Nacional no ha confirmado una relación directa entre estos crímenes, la repetición del modus operandi—asesinatos a plena luz del día, atacantes en motocicletas y ejecuciones sin robo aparente—apunta a la posibilidad de ajustes de cuentas o sicariato.
Las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para determinar si existe una red criminal detrás de esta cadena de homicidios y qué conexiones podrían tener las víctimas.
Los hechos recientes muestran similitudes en el modus operandi: víctimas seleccionadas con precisión, ataques en lugares concurridos y una rápida ejecución de los delitos, sin margen para la reacción de las autoridades o la defensa de los afectados. Estos incidentes han avivado la preocupación sobre la existencia de estructuras criminales bien organizadas, capaces de operar con una planificación meticulosa y una aparente impunidad.
Todos los casos señalados reflejan este patrón: individuos armados se acercan a su objetivo en motocicletas o vehículos, disparan con precisión y huyen del lugar en cuestión de segundos. En algunos casos, los agresores han utilizado cascos o prendas que ocultan su identidad, dificultando la identificación y captura.
Mientras tanto, el miedo se ha apoderado de Santiago. Los residentes exigen acciones concretas para frenar la violencia y evitar que este patrón de crímenes continúe sembrando terror en la ciudad.
Se espera que en las próximas horas la Policía Nacional ofrezca más detalles sobre esta alarmante situación que ha puesto en vilo a toda la provincia.
En las últimas semanas, República Dominicana ha sido testigo de una serie de crímenes con el inquietante patrón de ejecución, lo que ha generado alarma en la población y ha puesto en entredicho la seguridad en el país.
Este tipo de crímenes ha llevado a los expertos en seguridad a señalar que no se trata de hechos aislados, sino de una tendencia preocupante que podría estar vinculada a ajustes de cuentas, redes de sicariato o disputas dentro del crimen organizado.
Las autoridades han prometido reforzar las medidas de seguridad y acelerar las investigaciones, pero la percepción de inseguridad persiste. La ciudadanía exige respuestas concretas ante una modalidad de crimen que se repite con una precisión escalofriante y que pone en evidencia la sofisticación de las redes delictivas en el país.