El jefe del Ejército de la República Dominicana, mayor general Jorge Iván Camino Pérez, se reunió este lunes con ganaderos de la zona fronteriza para abordar el problema del robo de ganado.
Durante la reunión, los ganaderos expresaron su preocupación por el aumento de este delito en la zona, el cual ha causado considerables pérdidas económicas para el sector.
En respuesta a estas inquietudes, solicitaron al general Camino Pérez un mayor respaldo para combatir este flagelo.
Posteriormente, se llevó a cabo un recorrido por la zona fronteriza con las diferentes asociaciones de ganaderos.
Tras la inspección, el jefe del Ejército se comprometió a reforzar la seguridad en las comunidades de Tamarindo, Don Miguel y Los Miches.
Según los ganaderos, estas localidades son utilizadas para el paso de animales robados a través de los corrales y puntos geográficos de la frontera por Dajabón.
Se acordaron diversas medidas para hacer frente al robo de ganado, entre las que se incluyen:
Aumentar la presencia militar en la zona fronteriza Agilizar las investigaciones de los casos de robo de ganado en coordinación con las autoridades policiales y judiciales Fortalecer la colaboración entre los ganaderos y las autoridades para el intercambio de información y la denuncia de los delitos Resaltó la importancia de trabajar en conjunto para combatir el abigeato y garantizar la seguridad de los ganaderos y sus propiedades
Por otro lado, los ganaderos llevaron a cabo una marcha en demanda de soluciones urgentes ante el incremento del robo de ganado, una situación que, según denuncian, pone en peligro la estabilidad del sector y el sustento de cientos de familias.
La manifestación, liderada por la Asociación de Ganaderos de Dajabón, tuvo como objetivo exigir medidas concretas para frenar la creciente inseguridad que afecta a los productores.
José Óscar Taveras, presidente de la Asociación de Ganaderos de Dajabón, expresó su preocupación por la falta de respuesta efectiva de las autoridades y el impacto económico que estos delitos generan en los pequeños y medianos ganaderos.
“Cada día nos enfrentamos a la incertidumbre de si nuestro ganado seguirá ahí o habrá sido robado. Esto no solo nos afecta económicamente, sino que también pone en riesgo nuestra forma de vida y la estabilidad de nuestras familias”, dijo.