Familiares y amigos de Johan Elia Díaz Castro, un joven de 22 años que falleció tras un extraño accidente el pasado 12 de marzo, exigen respuestas de parte de las autoridades y acceso a los videos de seguridad que puedan esclarecer los hechos.
Según testigos y versiones de los allegados, Díaz Castro viajaba en una pasola la noche del domingo 9 de marzo cuando, sin razón aparente, un agente de la Policía Nacional comenzó a perseguirlo en motocicleta.
La persecución terminó en las inmediaciones de su hogar, en el sector Ramón Matías Mella, antigua Lengua Azul, donde residía. Allí el joven cayó al pavimento sufriendo fracturas en el cráneo y la clavícula.
A pesar de la gravedad de sus lesiones, su familia señala que su cuerpo no presentaba rasguños ni señales de una caída común, mientras que la pasola en que se desplazaba solo tiene un golpe en la cola. Dos amigos lo socorrieron y lo llevaron al hospital Darío Contreras, donde permaneció ingresado hasta su fallecimiento tres días después.
Sospechas y dudas
Los familiares cuestionan por qué el agente policial, identificado por testigos solo como Jiménez, del Destacamento del Ensanche Ozama, no prestó auxilio al joven tras el impacto.
«Él cayó en vía contraria a la que iba, creemos que el policía tuvo que ver con eso, porque al verlo en el suelo no lo socorrió«, expresó Amaury Ramírez, amigo de la familia.
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Además, denuncian trabas por parte de las autoridades para acceder a las imágenes de seguridad del área.
«Queremos ver los videos para saber si es verdad que él se cayó solo o si lo tumbaron. Hay una versión de alguien que dice que vio al policía provocando la caída, pero no quiere hablar por miedo», señalaron.
Dolor y lucha por la verdad
Juana Castro, madre del joven, recuerda a su hijo como un trabajador ejemplar que estudiaba mecánica automotriz y ayudaba en una fritura familiar y solo salía a disfrutar los domingos. «Mi niño no usaba vicios, armas, nada. Era tranquilo, trabajador, nunca tuvo problemas con nadie», afirmó entre lágrimas.
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Vecinos de la comunidad también han alzado su voz, denunciando que los policías mantienen en zozobra a los motoristas y repartidores con constantes persecuciones. Negaron que el joven estuviera participando en un «circuito de motores», como se rumoró.
Familiares y amigos de Díaz Castro no descartan realizar protestas y cerrar el puente hasta obtener respuestas y justicia.
«Si fue un accidente, lo aceptamos, pero si fue provocado, el responsable debe pagar. Se trata de una vida, y no vamos a descansar hasta que se esclarezca la verdad«, indicó el amigo de la víctima al que todos le dicen «el Niño».