Madonna concluyó una semana de conciertos espectaculares en la Ciudad de México con una velada en la que tuvo como invitada especial a Salma Hayek y en la que abundaron las emociones, desde el amor y la gratitud, hasta el dolor y la memoria de sus seres queridos perecidos por VIH-sida.
Desde que anunció que vendría a México en abril 2023, las expectativas estaban al máximo. Luego vino el accidente casi mortal que sufrió en junio de ese año por una infección bacteriana, lo que puso en duda su gira mundial. Hasta que finalmente se recuperó y retomó su Celebration Tour para festejar cuatro décadas de trayectoria.
Las entradas para sus cinco conciertos en el Palacio de los Deportes de la capital mexicana, con capacidad para 20.000 asistentes, estaban agotadas para abril de 2024 cuando finalmente llegó la reina del pop tras ocho años de ausencia y a más de 30 años de sus primeros conciertos en el país en aquella Girls Show Tour de 1993.
Madonna se tomó bastante tiempo para hablar con sus fans a lo largo de la presentación en el que interpretó temas como «Like a Prayer», «Into the Groove», «Ray of Light» y «Don´t Tell Me».
Primero expresó de la importancia de la música en su vida desde que llegó a Nueva York para ser bailarina con «35 dólares en la bolsa».
«Era muy inocente, era estúpida realmente, pero saben qué no me arrepiento de ninguna de las decisiones que tomé, todas las decisiones estúpidas también, porque me llevaron a donde estoy hoy y no cambiaría nada», aseguró. «Mi vida dio un giro de 360 grados cuando alguien me dio una guitarra y me dijo, aprende a tocar esto y lo hice. Interpretar música cambió mi vida, espero que mi música cambie la de ustedes».
Madonna recordó que cuando compuso su primera canción le habló emocionada a su padre para contarle de su logro, pero él le preguntó si ya había conseguido un trabajo, «¡adivinen quién le paga la renta ahora a ese (grosería)!», exclamó.
En ese entonces Madonna no se amilanó por ese comentario de su padre, su trabajo era la música y esta primera canción la estrenó en un pequeño local apestoso llamado CBGB (la legendaria cuna de la escena punk neoyorkina), la canción era «Burning Up», la cual interpretó tras esta introducción.
En la semana en México Madonna también había compartido que cuando era una chica que vivía en el Medio Oeste de Estados Unidos descubrió a Frida Kahlo y fue al único museo de arte que había en ese entonces en Detroit donde encontró un retrato de la pintora mexicana con el pelo trenzado y una mirada intensa.
Kahlo le dio esperanzas de sentirse integrada, de ser auténtica, al grado de considerarla su «alma gemela, musa interna, madre, animal espiritual, todo».
Y para su último concierto se le concedió que Kahlo estuviera presente gracias al vestuario que eligió Hayek para participar en la competencia de baile de su éxito «Vogue» en el que Madonna ha tenido invitados como Ricky Martin, Wendy Guevara y Alberto Guerra.
Hayek, quien en 2002 protagonizó la película «Frida», basada en la vida de la famosa pintora mexicana, desató la euforia en el Palacio de los Deportes al subir a la pasarela con una versión modernizada del traje típico de tehuana que solía usar Kahlo, con falda con bordados mexicanos, combinada con un corsé negro con transparencias, así como el pelo trenzado y adornado con flores.
Madonna y Hayek se dieron un largo abrazo y calificaron a los bailarines, entre los que estaba una de las hijas de Madonna, Estere, a quien Hayek le dio 10. Las divas gritaron «¡Viva México cabrones!».
Otros hijos de Madonna participaron en el show: David Banda tocó la guitarra en varias canciones y Mercy James el piano para «Bad Girl» en la noche en la que estuvieron acompañados por cerca de una veintena de bailarines y en la que realizaron varios cambios de vestuario que reflejaban los estilos de Madonna a lo largo de los años.
En su gira Madonna ha interpretado «Live to Tell» para rendir un homenaje a «todas las luces brillantes que perdimos por el sida«, entre las fotografías que ha incluido en este homenaje hay artistas como Freddy Mercury, Keith Haring y Cookie Mueller.
Pero no fue todo, bastante después en el concierto, luego de temas como «Erotica», «Justify My Love» y «Mother and Father» se dirigió nuevamente al público.
Madonna habló cerca de 10 minutos de lo que han significado las pérdidas y la muerte en su vida desde el fallecimiento de su madre por cáncer cuando tenía cinco años, pasando por la muerte de innumerables amigos durante la crisis del sida en los años 80 y 90, hasta la muerte de las madres de sus hijos adoptivos, igualmente por esta enfermedad autoinmune y los decesos, por otras causas, de astros contemporáneos a ella como Michael Jackson y Prince.
«La primera vez que vine a México fue para encontrar medicinas y curas, algo para salvar a mis amigos que estaban muriendo de sida, porque a la gente no le importaba», refirió. «Fue entonces cuando dije que iba a pelear por los derechos de las personas que no tienen voz hasta el día que yo muera».
«Es importante comprender que somos afortunados, muy afortunados, de estar vivos, de tenernos los unos a los otros … la muerte está por todos lados y a pesar de eso, a pesar de eso, esta es una celebración, celebramos la vida, el amor», agregó antes de pedirle al público que encendieran las luces de sus celulares para interpretar «Express Yourself» en versión acústica.
La siguiente parada de Madonna será un concierto masivo gratuito el 4 de mayo en Río de Janeiro para el que se prevé que puedan asistir incluso millones de espectadores. Se ha conjeturado que esta podría ser la última gira de Madonna.
Sólo queda esperar que ese fuego que la ha mantenido caminando siga encendido.
AP