Más de un millar de ciudades brasileñas están en alerta por bajos niveles de humedad, comparables en algunos casos a desiertos como el Sáhara, según datos oficiales difundidos este miércoles, mientras el país enfrenta la peor sequía de su historia y los incendios no se detienen.
Las áreas afectadas registran una «humedad relativa del aire menor a 12%», por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, dijo en un informe el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), que describió una situación de «gran peligro».
La sequedad en el ambiente, que afecta a la capital Brasilia y extensas regiones de los estados de Sao Paulo y Minas Gerais (sureste), así como Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Goias (centro-oeste), provoca un «gran riesgo de incendios forestales y para la salud», añadió.
En decenas de localidades, la humedad cayó en días recientes por debajo de 10% (hasta 7%).
Son niveles «tan bajos» como en el desierto del Sáhara, explicó a la AFP Ana Paula Cunha, investigadora del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden).
Brasil lucha desde hace varios meses con una ola de incendios en varias regiones, especialmente en la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, y el humedal del Pantanal, un rico santuario de la biodiversidad, así como también en el estado de Sao Paulo.
Los fuegos se ven favorecidos por la peor sequía en el mayor país de América Latina desde que los registros comenzaron en los años 50.
«Es la más intensa y extensa desde hace por lo menos 70 años», apuntó Cunha.
«Lo que estamos viendo hoy con impactos en diferentes ciudades no es sólo por la estación seca de ahora y porque la humedad está más baja, sino porque hay un efecto acumulado de falta de lluvias desde el verano de 2023-2024″, añadió.
No llueve
En un panorama inédito, nubes de humo procedentes sobre todo de los fuegos en Amazonía cubrieron en los últimos días grandes ciudades como Brasilia, donde hace más de 130 días que no llueve. En la capital, se declaró además el martes un gran incendio en la Floresta Nacional de Brasilia, un bosque responsable del 70% del abastecimiento de agua de la región.
Y con pronósticos de altas temperaturas, fuertes vientos y baja humedad, hay un «escenario muy propicio» para nuevos fuegos en Brasil, dijo la semana pasada la ministra de Medioambiente, Marina Silva, en entrevista con la AFP.
Los expertos relacionan estos eventos climáticos extremos al reciente fenómeno El Niño y al calentamiento global producido por el hombre.