El primer ministro israelí destituyó este martes a su ministro de Defensa, con quien mantuvo diferencias sobre la manera de continuar la guerra en Gaza, y lo sustituyó por Israel Katz, que prometió derrotar al «enemigo» del país.
El anuncio se produjo por sorpresa y apenas horas antes del resultado de las presidenciales en Estados Unidos, principal aliado de Israel, que libra una guerra contra Hamás en Gaza y otra contra Hezbolá en Líbano.
«Desafortunadamente, aunque en los primeros meses de la campaña le tenía mucha confianza y hacíamos un buen trabajo juntos, durante los últimos meses esta confianza entre el ministro de Defensa y yo se ha resquebrajado», dijo Netanyahu, quien ya había intentado despedir a Gallant en dos oportunidades anteriores, pero se abstuvo de hacerlo.
Presiones populares
La primera vez por las presiones populares y la segunda, después del ataque con los buscadores explosivos contra los militantes de Hezbolá, que causó una intensificación de la lucha en el Líbano.
Esta vez, cuando el responsable de defensa anunció que no daría su apoyo a una ley destinada a salvaguardar la coalición de gobierno de Netanyahu, pero que otorga salvoconducto a miles de jóvenes ultraortodoxos para que no se enrolen al ejército, decidió hacerlo.
En otras palabras, Netanyahu opta por sus intereses políticos y su permanencia en el poder, despidiendo a un ministro de defensa, general retirado en medio de la guerra.
Ahora designará al actual ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, al cargo de Defensa y a Gideon Saar como canciller.
Las organizaciones de protesta antigubernamentales convocaron al público a manifestarse tras la destitución de Gallant.
«En medio de una guerra difícil, cuando nuestros soldados están luchando en el frente y 101 rehenes todavía están retenidos en Gaza, el primer ministro decide involucrarse en política mezquina», denunciaron.