Los ingresos del consorcio Kaláshnikov, el mayor fabricante de armas de Rusia, durante los primeros diez meses de este año superaron en un 14,5 % de todo año anterior, que ya habían sido récord, informó este viernes la compañía en su portal oficial.
El consorcio, que no incluyó ninguna cifra absoluta en su información, añadió que el incremento de sus ingresos durante este período fue de un 58 % más que durante los primeros diez meses de 2023.
«En los restantes dos meses del año en curso también se mantendrá el alto ritmo de suministros los clientes», indicó Kaláshnikov, actualmente enfrascado en el cumplimiento de los contratos estatales con el Ministerio de Defensa de Rusia para abastecer a las tropas rusas en el frente de batalla ucraniano.
«El colectivo de la empresa enfrenta toda una serie de tareas ambiciosas, que cumple exitosamente» ya que no solo cumple sus contratos con Defensa, sino que en su mayoría, efectúa las entregas antes de lo previsto, según el presidente del consorcio, Alan Lúshkinov.
Incremento de producción
El consorcio destacó que el incremento de su producción «ha sido posible gracias a la ampliación de las capacidades de la empresa en el marco del amplio proyecto de inversiones para el desarrollo de la producción«.
Kaláshnikov, que se encuentra bajo sanciones por la Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido y otros países por la guerra de Ucrania, es el principal fabricante de armas de fuego ligeras de este país.
El emblemático AK-47, el primer y más vendido fusil del consorcio al ser adoptado por los ejércitos de 55 países, cumplió en junio pasado 75 años de su creación sin perder vigencia.
Además de una diversa gama de armas ligeras, el consorcio surte a las Fuerzas Armadas rusas con drones de reconocimiento Legioner y kamikaze Kub, así como misiles antiaéreos para sistemas Strelá-10M3, entre otras producciones militares.