En Irak, un proyecto de enmienda de la Ley del Estatuto Personal lleva varios meses dividiendo a la sociedad. Desde 1959, esta ley rige las normas que regulan el matrimonio, el divorcio y la custodia de los hijos, entre otros aspectos de la vida privada de los iraquíes.
Pero la mayoría parlamentaria chiíta quiere dejar más espacio a la religión, y no todos están a favor.
Desde hace varios meses, las organizaciones feministas y de defensa de los derechos humanos protestan. Los principales opositores señalan el riesgo de que aumente el número de matrimonios de menores de edad y de que disminuyan los derechos de las mujeres, si las leyes religiosas prevalecen sobre las civiles.
Tomemos el muy discutido ejemplo del matrimonio. Hasta ahora, la ley iraquí fijaba la edad legal para contraer matrimonio en 18 años, con una excepción: los menores pueden casarse con el acuerdo de un tutor legal y un juez.
La enmienda prevé que los iraquíes puedan elegir si quieren seguir las normas actualmente establecidas o las de las leyes religiosas, sunitas o chiítas.
Y aquí es donde surge la preocupación. Según la sharía, el matrimonio está permitido a partir de la madurez. Es decir, cuando la mujer está físicamente preparada para mantener relaciones sexuales. Y esto crea vaguedades sobre la edad mínima para contraer matrimonio.
Los chiítas partidarios de la ley afirman que se fijará en 15 años. Pero esto aún está por confirmar.
En última instancia, la propia enmienda no definirá con mucha precisión todas las normas aplicables a las distintas religiones.
Un nuevo código
La enmienda precisa que las autoridades religiosas sunitas y chiítas dispondrán de seis meses para elaborar un código al que podrán remitirse los jueces civiles ante un litigio en un matrimonio establecido bajo una u otra religión.
Este aspecto plantea verdaderos interrogantes. Al votar a favor de esta enmienda, los diputados aceptan modificar la ley sin disponer de todos los códigos. Varios opositores ven en ello una pérdida de control del Estado sobre el sistema jurídico.
¿Cómo explicar la motivación de los partidos chiítas del Parlamento para esta enmienda, cuya votación se ha aplazado repetidamente? Un abogado constitucionalista que trabajó en el primer texto en 2017 explica que el objetivo inicial era hacer la ley más compatible con la Constitución de 2005.
Prevé respetar el derecho de toda persona a elegir y practicar su religión. En su opinión, este no es el caso hoy en día, y cree que la opinión de las autoridades religiosas debería ser solicitada sistemáticamente por el juez civil.
Sin embargo, también existe una motivación política que no puede ignorarse. El año que viene se celebrarán elecciones parlamentarias, y tanto si se aprueba como si no, esta ley se dirige a una parte de la población que apoya la protección de las tradiciones iraquíes.
En la actualidad, el 28% de las mujeres se casan antes de alcanzar la edad legal, por lo que esta práctica es habitual en una parte de la sociedad iraquí. Y algunos defensores de esta ley afirman distanciarse de cualquier influencia occidental en las costumbres del país.