Miles de personas protestaron en la capital de Eslovaquia el domingo, en el 35º aniversario de la Revolución de Terciopelo que puso fin a décadas de gobierno comunista en Checoslovaquia, para oponerse a las políticas del primer ministro populista Robert Fico.
La protesta unió a la oposición, incluyendo a la liberal Eslovaquia Progresista, la proempresarial Libertad y Solidaridad y los conservadores Demócratas Cristianos quienes afirmaron que Fico es una amenaza para la democracia.
“El gobierno nos quita nuestra libertad y democracia”, se leía en una pancarta en la multitud.
“Eslovaquia es y será parte de la civilización occidental”, dijo a la multitud en la plaza del centro SNP el veterano político conservador František Mikloško, uno de los líderes eslovacos en 1989. “No queremos que nadie nos acerque a Moscú”.
Checoslovaquia se dividió pacíficamente en la República Checa y Eslovaquia en 1993.
El líder de Libertad y Solidaridad, Branislav Gröhling, dijo que Fico está llevando al país “a un régimen autoritario como en Rusia y la China comunista”.
Michal Šimecka, el jefe de Eslovaquia Progresista, que actualmente es el partido más popular del país, dijo que la oposición hará lo que sea necesario para proteger la libertad y la democracia.
“Eslovaquia es y será una nación de personas libres. Y las personas libres no se quedarán calladas”, afirmó.
Fico y su partido de izquierda Smer (Dirección) ganaron las elecciones parlamentarias del año pasado con una plataforma prorrusa y antiestadounidense.
Su gobierno ha impulsado un plan para reformar la radiodifusión pública —una medida que los críticos dijeron daría al gobierno control total sobre la televisión y la radio públicas.
Eso, junto con una medida para enmendar un código penal y eliminar un fiscal especial anticorrupción, ha llevado a los oponentes a preocuparse de que él llevaría a Eslovaquia por un camino más autocrático, siguiendo la dirección de Hungría bajo el primer ministro populista Viktor Orbán.
Sus opiniones sobre la guerra de Rusia en Ucrania y otros temas difieren marcadamente del consenso europeo. Fico terminó con la ayuda militar de su país a Ucrania, se opone a las sanciones de la UE contra Rusia, quiere bloquear la entrada de Ucrania a la OTAN y planea un viaje a Rusia.