Las Cop climáticas son obsoletas para responder a la urgencia climática, advierten en una carta abierta a Naciones Unidas varios especialistas en diplomacia climática, exministros de Medio Ambiente y negociadores.
En una carta abierta publicada el 15 de noviembre y dirigida a Naciones Unidas, una veintena de líderes de la diplomacia climática pide una reforma de las cumbres climáticas, Cop, para diplomacia climática a la urgencia y limitar la presencia de representantes de las industrias fósiles.
«El desfase entre lo que debe cumplir las Cop y la inercia de los estados partes es dramático e inaceptable”, claman los autores del texto entre los cuales están Ban Ki-moon, ex secretario general de Naciones Unidas o Christiana Figueres, ex secretaria ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y una de las arquitectas del Acuerdo de París de 2015,
“Las Cop han sido para mí fundamentales para movilizar la acción climática global, pero en su formato actual ya no logran responder a esa escala y esa urgencia de la crisis”, insiste Daniel Ortega Pacheco, ex ministro de medioambiente de Ecuador quien condujo la delegación ecuatoriana durante las negociaciones del Acuerdo de París y firmante de dicha carta abierta.
Con las trayectorias actuales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo se dirige hacia un calentamiento global de entre 2.5°C y 2.9°C, con múltiples consecuencias desastrosas como intensificación de los eventos meteorológicos extremos, sequías y subida del nivel mar.
Frecuencia, tamaño y lugar de las Cop
Para atender la urgencia climática, los autores de la carta a Naciones Unidas piden una modificación del ritmo y del tamaño de las conferencias climáticas de las Partes. Piden por ejemplo que las negociaciones tengan lugar de forma continua en pequeños grupos y no una vez al año.
Otra crítica reiterada en los últimos años ha sido la organización de estas conferencias climáticas en países que son altamente dependientes de los combustibles fósiles para su economía: Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán, los últimos tres organizadores de las Cop son grandes exportadores de hidrocarburos.
“Permitir que estas cumbres sean organizadas por países cuyas economías dependen de los combustibles fósiles genera un conflicto de interés que puede debilitar la ambición de las negociaciones y erosionar la confianza en el compromiso global de la transición”, alerta Daniel Ortega Pacheco, entrevistado por RFI.
Precisa que “eso no quiere decir que vayamos en contra de los principios de que todos los estados soberanos son iguales. Es un principio fundamental del sistema multilateral”.
“Pero se pueden establecer criterios claros para seleccionar a los países anfitriones que representan ese liderazgo climático y que mencione un compromiso claro con los objetivos del acuerdo de París. ¿Si no hay esa alineación, entonces para qué escoger ser una presidencia?”, se pregunta el ex ministro de Medio Ambiente de Ecuador.
Rendición de cuentas
Los firmantes del llamado para reformar la diplomacia climática abogan también por un mejor mecanismo de rendición de cuentas sobre los planes de reducción de emisiones de gases efecto invernadero de los estados Partes, los llamados NDC en lenguaje diplomático, que los estados deben presentar y reevaluar en función de la agravación del cambio climático.
“Los compromisos son voluntarios, sin mecanismos vinculantes ni sanciones claras. Los estados presentan NDC, se revisan, se actualizan, pero sigue siendo voluntario. A diferencia de eso, en nuestros países, cuando llevamos algo, por ejemplo, a nivel de ley, tenemos organismos supervisores de control que nos van a auditar, que van a hacer una rendición de cuentas y sujetarnos a sanciones en el caso de no cumplir”, observa Daniel Ortega Pacheco.
El ex ministro recomienda un “mecanismo para incluir una ratificación de los compromisos como leyes nacionales. Si estableciste una estrategia nacional o tienes un NDC, pues puedes elevarlo a una ley segundo y tienes que tener un sistema de rendición y reporte y verificación.”
De momento, los compromisos climáticos firmados en las cumbres climáticas permitirán reducir un 2% las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global entre 2019 y 2030, muy por debajo de los 43% preconizados por los científicos.
Limitar la acción de los lobistas del petróleo
La presencia masiva de lobistas de los combustibles fósiles en los pasillos de las cumbres climáticas, a veces acreditados por los mismos estados, ha sido también objeto de críticas.
«A pesar de las nuevas normas de divulgación de la Cop sobre el clima, en la Cop28 se concedió acceso a un número récord de 2,456 grupos de presión de combustibles fósiles, casi cuatro veces más que en la COP27″, recuerdan los expertos en diplomacia climática.
«El hecho de que hubiera muchos más grupos de presión de combustibles fósiles que representantes oficiales de instituciones científicas, comunidades indígenas y naciones vulnerables refleja un desequilibrio sistémico en la representación de la COP«, concluyen los autores de la carta abierta.