El naufragio del buque ruso Ursa Major el 23 de diciembre en el Mediterráneo habría sido causado por un “atentado terrorista”, declaró la naviera propietaria del carguero este miércoles y descartó la hipótesis de que el barco estuviera sobrecargado.
Según su propietario Oboronlogistics, el buque ruso Ursa Major se hundió como consecuencia de un “atentado terrorista selectivo” el 23 de diciembre frente a las costas españolas y argelinas.
Basándose en los testimonios de los miembros de la tripulación que fueron rescatados, la naviera informó de que tres explosiones sucesivas en la popa del buque provocaron su fuerte balanceo. Tanto fue así que el agua se precipitó al interior del buque, provocando que se hundiera.
En un comunicado en ruso, la empresa declaró que el cargamento incluía grúas portuarias y tapas de escotilla de 45 toneladas destinadas a la construcción de nuevos rompehielos de propulsión nuclear, designados “Proyecto 10510”.
La entrega de estos equipos estaba prevista para el 22 de enero en Vladivostok, destino final del buque, tras haber zarpado de San Petersburgo el pasado 11 de diciembre.
La hipótesis del peso
La empresa también señaló que el buque, uno de los mayores cargueros secos de Rusia, no estaba sobrecargado. Llevaba 806 toneladas de material, muy por debajo de su carga máxima de 9,500 toneladas.
Había 16 tripulantes a bordo, todos ciudadanos rusos. Los equipos de rescate pudieron evacuar a 14 de ellos, mientras que dos marineros siguen desaparecidos. La búsqueda continúa.
Por el momento, el armador no ha dado ninguna indicación sobre los posibles responsables del ataque.
Oboronlogistics indica en su sitio web tener una ruta que parte de Tartus, la base naval rusa en Siria.
Según considera la inteligencia militar ucraniana GUR, «Rusia empezó a transportar por mar algunas de sus armas y equipos desde el puerto de Tartus a Libia» tras la caída del presidente Bashar al Asad, aliado de Moscú.