Los centros de reconciliación de Damasco, edificios administrativos abiertos la semana pasada para regularizar la situación de los antiguos miembros del régimen sirio, siguen registrando una gran afluencia de público.
Soldados que sirvieron bajo el régimen de Bashar al Asad se reúnen frente a estos centros para entregar sus armas e iniciar los trámites de regularización, con el fin de evitar ser procesados.
Uno de ellos, que se reunió frente al centro de Mezzeh, compartió su experiencia.
“He venido hoy para regularizar mi situación (…) Fui teniente en el antiguo régimen militar y esta regularización me permitirá mejorar mi situación de vida. Espero que esta etapa vaya bien. Los trámites aquí son sencillos y la acogida es muy buena», explica a RFI.
El trabajo en los centros
En el centro de Mezzeh, los funcionarios trabajan duro. Tienen que responder a las solicitudes de los sirios que han venido a regularizar su estatuto de antiguos miembros del régimen y reintegrar legalmente a los desertores.
Tras los interrogatorios y controles, aquellos cuyas manos no están manchadas de sangre reciben protección legal. Abu Yamen es uno de los responsables del centro.
“La cúpula militar ha publicado una lista de personas buscadas por las fuerzas de seguridad para ser procesadas, y se publicará una nueva lista con los nombres de quienes hayan cometido crímenes contra los sirios. De acuerdo con esta decisión, se aplicarán sanciones”, indica.
Aunque las nuevas autoridades sirias no han publicado cifras oficiales sobre el número de personas regularizadas, el Ministerio del Interior ha indicado que estas personas recibirán una tarjeta de identidad especial válida durante tres meses, que garantiza su protección frente al procesamiento durante este periodo.