El servicio de seguridad del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, está tratando de bloquear el nuevo intento de arrestar al mandatario que llevan a cabo estos miércoles investigadores de las autoridades nacionales a raíz de su aplicación de la ley marcial.
Investigadores de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) llegaron a la residencia presidencial sobre las 4:20 de la madrugada de este miércoles hora local (20:20 GMT del martes) para ejecutar la nueva orden de detención que pesa sobre el presidente, tras el intento fallido de arrestarlo el pasado día 3.
Sin embargo, el servicio de seguridad presidencial (PSS) bloqueó el acceso al recinto y ha logrado impedir por el momento la detención de Yoon, pese al despliegue de unos 3.000 policías en la zona para apoyar la ejecución de la orden, lo que ha causado escenas de tensión entre las diferentes fuerzas recogidas por medios locales.
Al ser requerido por las autoridades, Yun Gap-geun, uno de los abogados de Yoon, afirmó que la orden de arresto «no es legítima», según recoge la agencia Yonhap y repitiendo así el mismo argumento que viene empleando la defensa legal del presidente.
El mandatario es investigado por la oficina anticorrupción, la policía y el Ministerio de Defensa por un supuesto delito de insurrección ligado a su declaración de la ley marcial el mes pasado.
La policía desplegada en el dispositivo emitió sucesivos mensajes por megafonía donde advirtió a quienes impidan la ejecución de la orden de arresto que podrían ser detenidos por obstrucción de la ley.
Horas antes de la llegada de los investigadores para tratar de acceder a la residencia de Yoon, la policía dispersó a medio centenar de manifestantes favorables al presidente conservador que habían realizado una sentada frente a la puerta principal de acceso al recinto para tratar de impedir físicamente el acceso.
Unos 6.500 partidarios de Yoon se congregaron también en torno al recinto, mientras que una treintena de parlamentarios del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) se desplazaron asimismo a las afueras de la residencia presidencial para protestar contra la orden de arresto.
La policía y los oficiales de la CIO realizaron un primer intento de entrar en la residencia sobre las 5:45 (20:45 GMT del martes), pero la cadena humana formada por los servicios de seguridad presidencial y los parlamentarios lo impidieron.
Una media hora más tarde, un convoy policial que trató de entrar por el principal acceso al recinto fue también bloqueado por la multitud congregada en torno al complejo vallado.
Además del despliegue de sus efectivos, el Servicio de Seguridad Presidencial ha colocado hasta seis líneas de barricadas formadas por vehículos como autobuses o furgonetas en torno al complejo para obstaculizar el acceso de las autoridades.
Una de las personas concentradas en apoyo a Yoon recibió atención médica de los bomberos al quedar indispuesta durante la congregación, aunque no llegó a ser traslada al hospital, según informó Yonhap.
Se cree que Yoon permanece escondido en su residencia desde que la Asamblea Nacional lo destituyera el 14 de diciembre a raíz de su fallida declaración de la ley marcial.
El primer intento para ejecutar la orden de arresto el pasado día 3 fracasó después de que el PSS impidiera a funcionarios de la oficina anticorrupción y a decenas de agentes de policía el acceso a la residencia, en un tenso encaramiento que duró varias horas y obligó finalmente a cancelar el operativo.
Tras ese primer intento, un Tribunal de Seúl extendió la orden de detención la semana pasada, una medida que tendrá validez hasta el próximo día 21.
El tribunal emitió la orden de arresto después de que el líder conservador no acudiera a las citaciones para declarar por parte del equipo conjunto de la oficina anticorrupción, la policía y el Ministerio de Defensa.
En caso de que logren arrestar a Yoon, el equipo conjunto dispone de 48 horas para interrogarlo e incluso puede solicitar una orden para prolongar la detención si lo creen necesario.