Desde el pasado 16 de enero, en la región colombiana del Catatumbo, en el nororiente del país, se vienen registrando cruentos enfrentamientos entre guerrilleros del ELN y grupos disidentes de las FARC que han causado al menos 80 muertos y unos 32,000 desplazados.
La líder social Marli Acosta, directora de la Fundación Mujer Popular, hace un llamado para ‘poder sacar de ese territorio a los heridos y a los muertos’.
Marli Acosta recibe a menudo videos de habitantes atrapados en zonas del Catatumbo colombiano done tienen lugar desde mediados de enero los cruentes enfrentamientos entre grupos guerrilleros. Ella intenta brindar asistencia.
«El llamado que hacemos a estos grupos [armados] es que nos dejen entrar a recoger a los heridos. La gente está confinada, la gente está gritando que, por favor, la saquen del territorio. Estamos pidiendo que los líderes, la Defensoría del Pueblo y otros entes y organismos de derechos humanos, puedan entrar al territorio a sacar a los heridos. No se ha podido entrar a recogerlos porque no hay permiso para que entren las ambulancias. Los muertos están en las carreteras, botados en las veredas. Estamos pidiendo que, por favor, las familias puedan enterrar a sus muertos. El Ejército sí ha estado colaborando, ha estado sacando firmantes [de los Acuerdos de Paz] y ha estado sacando combatientes que se están entregando. Han estado sacando algunas mujeres líderes sociales que están todavía en el territorio, que siguen resistiendo. Nosotros lo que pedimos es que esa gente que está escondida en las montañas se puedan sacar a un casco urbano», expresó.
Ayuda humanitaria
Marli Acosta se reunió con la Defensora del Pueblo de Colombia, Iris Marín. Acosta reclama que el gobierno organice la ayuda humanitaria para los miles de desplazados.
«Yo no he podido dormir desde hace seis días», comenta Acosta.
«En este momento tengo 50 familiares de firmantes de paz en una casa que les pude conseguir. Tengo casi 80 personas, vinieron sin absolutamente nada, ni zapatos ni chancletas. Vienen 16 niños con ellos. Yo acabo de llegar de un albergue que está aquí en Ocaña. La situación ahí es inhumana. Como las personas están sentadas en el piso, no tienen dónde dormir, los niños están tirados en el piso. Para esta gente desplazada del Catatumbo algunos buenos corazones y algunos amigos que tengo como lideresa social me han colaborado con mercados, me han colaborado con algunas cobijas y algunas verduras. Es lo que he conseguido para que no aguanten hambre. Es muy duro verlos durmiendo en el piso, no hay colchonetas, los niños no tienen cobijas. Hay gente enferma, no hay la ayuda humanitaria para esta gente que está enferma. Y el gobierno nacional, las alcaldías locales, no están ayudando a la gente, la están dejando botada prácticamente», agregó.
Marli Acosta fue secuestrada hace un año y sigue bajo amenaza por parte de los grupos armados que operan en esta región del nororiente de Colombia.
«Nosotros nos sentimos a veces frustrados. Nosotros no hacemos absolutamente nada malo. Nosotros lo que hacemos es ser la voz de esas personas que no tienen voz en el territorio para denunciar todas estas atrocidades que están pasando. Nosotros aproximadamente hace dos años, como líderes sociales, veníamos informando que iba a pasar esto, se estaban dando señales, entre otras, de reclutamiento de menores. Fue mucho el reclutamiento que hubo, trajeron muchachos de Arauca y del sur de Bolívar para el Catatumbo, había corredores con niños y gente armada para el Catatumbo porque se estaban preparando para una guerra», comentó.