Recién investido como nuevo presidente de Estados Unidos, Trump firmó una serie de decretos para poner fin a lo que el republicano llama ‘desastrosa invasión’ del país por parte de los migrantes.
Su nueva política anti-inmigración suscita mucha incertidumbre en la frontera mexicana, como pudo comprobarlo el enviado especial de RFI a San Diego, Achim Lippold.
Desde hace varios meses, el número de migrantes ha disminuido considerablemente. Esta tendencia se explica por las medidas adoptadas por el predecesor Biden, dice Meghan Zavala, de la organización defensora de migrantes «Al Otro Lado».
Capacidad de detención
«La administración Biden aumentó considerablemente la capacidad de detención en Estados Unidos y el número de personas retenidas en estos centros. En 2021, había en promedio 15,000 migrantes detenidos. En diciembre pasado, esta cifra ascendió a 40,000. Estas políticas allanaron el camino para las expulsiones masivas prometidas por Trump», explica Zavala.
Estas expulsiones podrían tener consecuencias dramáticas para la comunidad migrante, estima Víctor, un mexicano que lleva más de 20 años viviendo en San Diego.
En cuanto a la promesa del presidente de cerrar completamente la frontera, no le da crédito. «Sí, todavía hay gente que pasa. Menos que antes, pero sí pasan. Hay una frontera muy grande».
Incluso con medidas más estrictas, los migrantes seguirán intentándolo, coincide Benjamin Prado, activista por los derechos de los migrantes en San Diego.
«El problema con el cierre de las fronteras es que la gente toma rutas cada vez más peligrosas. Hay un número elevado de personas que han muerto. Muchos mueren al intentar cruzar. Han construido muros de nueve metros de altura para que la gente pierda el equilibrio, caiga y muera», explicó.
Para Benjamin Prado, el estado de emergencia en la frontera decretado por Donald Trump tiene un único objetivo: crear pánico entre los inmigrantes, muchos de los cuales están varados en la frontera y en la más absoluta incertidumbre.
CBP One, el programa mediante el cual los solicitantes de asilo obtenían una cita, desapareció inmediatamente tras la investidura. Estas personas están ahora atrapadas en México, donde el país las atiende como puede, mientras todos esperan saber qué sucederá después.
Myriam Gallegos, quien trabaja para el gobierno del estado mexicano de Chihuahua, se dirige a los solicitantes de asilo que acaban de ser rechazados por las autoridades estadounidenses en la entrada del puente fronterizo. «No se desesperen, no intenten cruzar la frontera ilegalmente. Hay que esperar», les dice.
Sin más información, las autoridades mexicanas también están respondiendo con urgencia a las nuevas medidas, observa nuestra enviada especial en la frontera mexicana, Gwendolina Duval. «Vamos a ver qué nuevo método implementarán los Estados Unidos para poder ingresar o solicitar asilo político. Por el momento, no hay nada oficial», explica Myriam Gallegos.
Las primeras medidas de Donald Trump y el restablecimiento del programa dejan a miles de migrantes en México en un callejón sin salida, señala una jurista llegada de El Paso para la organización Las Américas.
«Para todos aquellos que recibieron su confirmación de cita con la obligación de presentarse físicamente, esto debe respetarse», afirma. Según ella, Donald Trump está eludiendo las propias leyes de su país. «Es una política mal ejecutada, una mala decisión y por eso las organizaciones humanitarias y las ONG luchan por revertir esta orden».
Además del restablecimiento del programa que obliga a los migrantes a esperar su regularización del otro lado, la frontera se prepara para recibir oleadas de personas expulsadas por la nueva administración Trump.