Las políticas y medidas contra la inmigración toman cada vez más fuerza en Alemania, especialmente tras el doble asesinato esta semana perpetrado un refugiado afgano con orden de abandonar el país.
Caballo de batalla habitual de los extremistas de AfD, el discurso contra la inmigración también es protagonista en el partido conservador, favorito a menos de un mes de las elecciones legislativas.
Ya era un gran tema al inicio de la campaña electoral y ahora, a un mes de las elecciones y después del asesinato de un niño y un adulto por un refugiado afgano que tenía la orden de salir del país, el tema de qué hacer con los inmigrantes o los solicitantes de asilo se ha transformado en el tema central de la campaña.
Promesas de Merz
El más probable próximo canciller, el conservador democratacristiano Friedrich Merz, ya tiene un plan: «No voy a aceptar más esta situación en Alemania. En mi gobierno habrá cambios fundamentales en el derecho a asilo, de inmigración y de residencia. Vamos a terminar con esta situación».
Merz anunció que, de ser elegido canciller, ejecutará varias medidas a la Trump: Control permanente de las fronteras, prohibición de la entrada a personas sin documentos y expulsión inmediata de todos los refugiados a los que se les haya negado el asilo, medidas que algunos cuestionan si son legalmente defendibles.
El actual canciller socialdemócrata Scholz afirmó que seguirá agilizando las deportaciones.
Algunas organizaciones critican que hasta ahora los solicitantes de asilo en Alemania son aislados durante años sin poder hacer prácticamente nada y que eso lleva invariablemente a toda clase de perturbaciones mentales.