Este 6 de febrero se cumplen dos años del gran terremoto que en Turquía y el norte de Siria mató a más de 55,000 personas.
En Turquía el balance de la reconstrucción es todavía bastante pobre: menos de un 30% de las viviendas afectadas han sido reconstruidas y unas 500,000 personas continúan viviendo en contenedores o tiendas de campaña. Los estudios indican además que dos tercios de la población sufre ansiedad y estrés postraumático. Las heridas siguen abiertas.
“¡Ni olvidamos, ni perdonamos!”: con estos gritos, cientos de vecinos de Antioquía del Orontes se manifestaron durante la madrugada para conmemorar el segundo aniversario del terremoto de magnitud 7,8 que a las 4:17 sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria en 2023.
El sismo derribó decenas de miles de edificios en un territorio de la extensión de Nicaragua y que cuenta con más de 15 millones de habitantes. Murieron unas 60,000 personas.
Las heridas aún siguen abiertas, explicó Filippo Mazzarelli, jefe de misión de UNICEF en la región: “En un reciente estudio, detectaron que el 43 % de la población tiene síntomas de estrés postraumático, el 65 % de ansiedad y casi el 70 % de depresión”.
Falta de rendición de cuentas
Al dolor por la pérdida de amigos y familiares se une la falta de rendición de cuentas. Si bien se han abierto más de 1,000 procesos judiciales, la mayoría afectan sólo a constructores y arquitectos.
Hay únicamente unos 40 políticos locales investigados, y las asociaciones de damnificados creen que las autoridades están obstruyendo la posibilidad de investigar a los cargos que permitieron que se construyera ignorando las medidas antisísmicas.
Además, la reconstrucción avanza con mucha más lentitud de lo prometido. En dos años, se han completado 200,000 viviendas, ni siquiera un tercio de las destruidas por el sismo, y en torno a medio millón de personas llevan todo este tiempo viviendo en barracones, apretujados con sus familias en apenas 20 metros cuadrados.
En la mitad de provincias afectadas por el terremoto hubo cambio de gobierno en las elecciones municipales del pasado año, y el partido del presidente Recep Tayyip Erdogan cayó hasta el 25 % en voto.