Miembros de milicias palestinas liberaron el sábado a tres israelíes de aspecto demacrado, mientras que Israel liberó a cerca de 200 prisioneros palestinos como parte de un inestable acuerdo que ha puesto en pausa la guerra en la Franja de Gaza.
La condición de los rehenes y las escenas de Hamás haciéndolos hablar en una ceremonia de liberación provocaron indignación en Israel y podrían aumentar la presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para extender el alto al fuego más allá de su fase actual de seis semanas.
Netanyahu señaló anteriormente que reanudaría la guerra, incluso si eso significaba dejar a decenas de israelíes cautivos en Gaza. “El presidente (de Estados Unidos Donald) Trump estuvo completamente de acuerdo conmigo: haremos lo que sea para traer de vuelta a todos los rehenes, pero Hamás no estará ahí”, dijo Netanyahu tras el intercambio.
Los tres israelíes liberados el sábado eran parte de las cerca de 250 personas capturadas durante el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 contra Israel, que desató la guerra en el enclave.
La alegría de algunos israelíes que miraban la liberación se convirtió en horror y lágrimas cuando vieron su estado.
Más tarde el sábado, Israel liberó a 183 prisioneros palestinos, algunos de los cuales también lucían demacrados y débiles. La Media Luna Roja informó que siete de los liberados fueron llevados a hospitales. Muchos de los palestinos liberados durante el alto al fuego han aparecido demacrados y pálidos, y han denunciado que sufrieron abusos mientras estaban bajo custodia de los israelíes.
Se trata del quinto intercambio desde el 19 de enero, fecha en que inició el alto al fuego.
La Cruz Roja indicó que está “cada vez más preocupada por las condiciones en torno a las operaciones de liberación” y llamó a todas las partes a garantizar que las liberaciones sean dignas y privadas.
Un representante del Ministerio de Salud israelí, el doctor Hagar Mizrahi, notó “una desnutrición severa” y “una disminución significativa” en el peso de los rehenes liberados, mientras las familias volvían a manifestar su temor por las docenas de cautivos que aún siguen en Gaza. No todos han sobrevivido.
“No nos quedaremos callados sobre esto. Se ha transmitido un mensaje a los mediadores y se actuará en consecuencia”, dijo Gal Hirsch, el coordinador de Netanyahu para los rehenes.
El ala militar de Hamás afirmó que había hecho esfuerzos para preservar sus vidas «a pesar del bombardeo” israelí.
La primera fase del alto al fuego exige la liberación de 33 israelíes y casi 2,000 palestinos, el retorno de los palestinos al norte de Gaza y un aumento de la ayuda humanitaria al territorio palestino. Israel dice que Hamás ha confirmado que ocho de los 33 israelíes han muerto.
Esta fase no parece haberse visto afectada por la sorprendente propuesta del presidente estadounidense Donald Trump de transferir a la población palestina fuera de Gaza, la cual fue recibida con beneplácito por Israel y rechazada vehementemente por los palestinos y la mayor parte de la comunidad internacional.
Sin embargo, la propuesta podría complicar las conversaciones sobre la segunda fase, cuando Hamás deberá liberar a docenas de cautivos más a cambio de un cese al fuego duradero. Hamás podría mostrarse reacio a liberar a más cautivos, que constituyen su principal elemento de negociación, si piensa que Estados Unidos e Israel hablan en serio sobre expulsar a la población del territorio palestino, lo que, según señalan grupo de derechos humanos, violaría las leyes internacionales.
El sábado, Netanyahu ordenó que una delegación viajara a Qatar para analizar los detalles técnicos del acuerdo de cese al fuego, y el gabinete de seguridad se reunirá para analizar las negociaciones sobre la segunda fase de la tregua, de acuerdo con un funcionario israelí que declaró bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar con medios noticiosos de los detalles de las conversaciones.
Sharabi y Ben Ami fueron capturados en el Kibbutz Beeri, una de las comunidades agrícolas más afectadas, mientras que Levy fue hecho cautivo en el festival de música Nova.
Se enteraron hasta ahora del destino de algunos de sus familiares, según medios israelíes. La esposa y dos hijas adolescentes de Sharabi murieron en el ataque. Su hermano Yossi murió en cautiverio. La esposa de Levy murió. Raz, la esposa de Ben Ami, fue liberada en el cese al fuego de noviembre de 2023.
“Ya acabó, ya acabó”, expresó el hermano de Levy, Michael, cuando se abrazaron.
“Cuando me fui tenía talla extragrande, y ahora soy mediano”, declaró Ben Ami al abrazar a sus hijas. Una de ellas, Ella, dijo al Canal 12 israelí que “me tomó un momento darme cuenta de que este era mi padre”.
Entre los prisioneros palestinos liberados por Israel hay 18 que cumplían cadenas perpetuas, 54 que cumplían largas condenas y 111 palestinos de Gaza detenidos después del ataque del 7 de octubre pero no juzgados por ningún crimen. Todos son hombres y tienen entre 20 y 61 años.
Prácticamente todos los palestinos tienen un amigo, familiar o conocido que ha sido encarcelado por Israel.
Siete de los palestinos liberados fueron trasladados a Egipto. Otros fueron puestos bajo custodia palestina en Cisjordania, donde decenas de familiares, amigos y simpatizantes los recibieron con vítores y aplausos.
Entre ellos estaba Iyad Abu Shakhdam, de 49 años, encarcelado durante cerca de 21 años por su participación en ataques perpetrados por Hamás en áreas civiles concurridas, en los que murieron decenas de israelíes. Entre ellos estuvo un ataque suicida con un autobús lleno de explosivos en Beersheba, en el que murieron 16 personas.
“Desde el 7 de octubre de 2023 hasta hoy, no habíamos sabido lo que ocurría fuera de la prisión”, dijo Shakhdam.
Otro es Jamal al-Tawil, un prominente político de Hamás, cuyo arresto fue reportado en 2021 por presuntos esfuerzos para impulsar el liderazgo de Hamás en Cisjordania. Fue puesto en lo que Israel denomina detención administrativa, un periodo renovable de seis meses en el que los sospechosos son encarcelados sin cargos ni juicio.
La guerra, que ha sido la más mortífera y destructiva entre Israel y Hamás, podría reanudarse a principios de marzo si no se llega a un acuerdo.
Israel afirma que está comprometido a destruir a Hamás, que reafirmó su liderazgo en Gaza pocas horas después del cese al fuego. Hamás señala que no liberará a los cautivos restantes si no hay un fin a la guerra y si no hay una retirada total por parte de Israel.
En el ataque del 7 de octubre, murieron unas 1,200 personas, principalmente civiles. Más de 47,000 palestinos ha muerto en la ofensiva miliar israelí subsecuente. Más de la mitad de los muertos en Gaza son mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
El ejército israelí afirma haber dado muerte a más de 17,000 combatientes palestinos, sin aportar pruebas. Culpa de las muertes de civiles a Hamás por operar en barrios residenciales.