El grupo islamista Hamás acusó este domingo a Israel de querer sabotear el acuerdo de alto el fuego y de ponerlo en un «grave peligro» al no haber liberado a los detenidos y presos palestinos, ni iniciado las negociaciones para la segunda fase cuando aún quedan 63 cautivos.
«(El primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu y su gobierno exponen el acuerdo de alto el fuego a un grave peligro», aseguró hoy a EFE Basem Naim, miembro del buró político de Hamás.
«El mayor peligro es que, por ahora, se niegan a participar en la segunda fase de las negociaciones, que debían haber comenzado el día 16 después de la firma del acuerdo, lo que refleja sus intenciones de evadir el acuerdo y amenazar con volver a la guerra», dijo Naim.
Esta madrugada, Netanyahu anunció en un comunicado que se retrasaba la liberación prevista ayer de 620 presos y detenidos palestinos hasta que «la liberación de los próximos rehenes quede garantizada, y sin ceremonias degradantes».
Israel critica que Hamás obligue a los israelíes, tras unos 16 meses de cautiverio, a subir a un estrado, donde suelen saludar al público gazatí y deben dar un discurso. También criticó que la entrega de cuatro cadáveres el jueves, incluidos los niños de la familia Bibas, se diera en directo y se subieran sus ataúdes a una tarima.
Ayer también, durante la liberación de los seis rehenes israelíes, Hamás grabó un vídeo -que luego difundió- en el que aparecen los aún cautivos, Evyatar David y Guy Gilboa Dalal, siendo testigos desde una furgoneta de eses momento y rogando a Netanyahu a no detener el alto el fuego.
«Al posponer la liberación de nuestros prisioneros palestinos según la primera fase del acuerdo de alto el fuego el gobierno enemigo está actuando desenfrenadamente y exponiendo todo el acuerdo a un grave peligro», sentenció Naim, que urgió a EE.UU., como mediador, a presionar a su aliado.
Naim también dijo que la entrega de cautivos israelíes se realiza de una forma «respetuosa y coherente» con sus valores, mientras que los detenidos y presos palestinos «son sometidos a severas torturas y aislamiento antes de su liberación (y) sus familias amenazadas si expresaban cualquier tipo de alegría por la liberación de sus hijos e hijas de la prisión».
Fuerzas israelíes suelen allanar las viviendas familiares de los palestinos liberados de Cisjordania y Jerusalén Este a fin de restringir cualquier celebración por su regreso.