El movimiento de protesta por el derrumbe mortal en la estación de Novi Sad juntó a entre 100,000 y 300,000 personas para exigir responsabilidades al gobierno de Serbia. Las manifestación acabó manchada por las acusaciones del uso de un cañón sónico para dispersarla.
Belgrado vivió el sábado la manifestación más grande de su historia.
Un movimiento que pide responsabilidades al gobierno por el accidente de la estación de tren de Novi Sad el pasado octubre y que lleva ya tres meses en las calles, reunió a más de 300,000 personas en la capital serbia, según cifras del Archivo de Concentraciones Públicas de Serbia.
Unos números que según el gobierno exceden a los reales que, según el Ministerio del Interior, apenas superan los 100,000.
Mensaje de las masas
Aleksandar Vucic, presidente serbio, dijo que las personas en el poder tienen que entender el mensaje que manda este movimiento y aprender de ello. Y aunque sí que calificó a la movilización de ilegal, aseguró que el gobierno hizo lo necesario para que transcurriese pacíficamente.
Unas promesas que, según manifestantes, no se cumplieron por el uso de un “cañón sónico” durante los quince minutos de silencio que conmemoraban a las 15 víctimas del incidente de Novi Sad, y que forzó el fin de la protesta.
Vucic, en una rueda de prensa tras las concentraciones, negaba el uso de tal aparato y abría una investigación al respecto.
Además, pidió a los estudiantes que examinen si se han atendido sus demandas sin lo que llamó “falsos expertos y profesores con ambiciones políticas”, pero aseguró que está dispuesto a unas elecciones y un referéndum en el plazo de 3 a 6 meses, si es que es necesario.
Las demandas de los estudiantes, quienes lideran las protestas, incluyen la publicación de todos los documentos relacionados con la reconstrucción de la estación de tren de Novi Sad, el procesamiento de las personas sospechosas de agredir a los manifestantes, la desestimación de los cargos contra estudiantes y profesores universitarios implicados en las protestas y un aumento del 20% del presupuesto estatal para educación superior.
El gobierno asegura que las demandas de los estudiantes están siendo atendidas, pero la mañana del domingo la cuenta oficial de las protestas aseguraba que “esto acabará cuando nosotros lo digamos. Nuestras demandas no han sido atendidas. Siguen los bloqueos”.
Lo que está pasando en Serbia supone la mayor crisis del gobierno de Aleksandar Vucic en los más de doce años que lleva en el poder.