En un contexto altamente explosivo en territorio palestino, algunos israelíes están profundamente en desacuerdo con la política de su Gobierno y quieren que se sepa. En Jerusalén, una parte de ellos se moviliza en torno a una colecta de alimentos para la Cisjordania ocupada.
A pocos cientos de metros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, unos 15 israelíes se juntan en torno a un proyecto de recolecta de alimentos para el Ramadán.
A su cabeza: Noa Dagoni, una abogada de 33 años: ‘Empecé este proyecto con una amiga tres días después del estallido de la guerra, cuando no sabíamos muy bien qué hacer. Le pedimos a la gente que trajera comida, simplemente”, cuenta.
“Educar a nuestros hijos de manera diferente”
Armada con cinta adhesiva y tijeras, Ilana, una enfermera que vive en Jerusalén, prepara las cajas que se destinarán a 500 familias en la Cisjordania ocupada. En este día de Purim, una festividad judía, llegó vestida como dicta la tradición y acompañada de su hija de siete años.
“No hay otra opción. Necesitamos educar a nuestros hijos de manera diferente. Es la única manera de cambiar las cosas aquí. Lo más fácil es educar a nuestros hijos para que piensen de manera diferente a lo que nuestros líderes piensan ahora”, afirma.
Entre los voluntarios de ese día, algunos llevan el compromiso aún más lejos. Es el caso de Amir Sandler, ocupado en preparar barras de chocolate que seguramente serán para los niños.
“También soy voluntario en otro proyecto. Los pastores del Valle del Jordán son acosados a diario por los colonos, por lo que, junto con otros israelíes, nos turnamos las 24 horas del día para protegerlos”, explica el geólogo jubilado.
“Una tierra para dos pueblos”
A sus 75 años, este jubilado podría, como tantos otros, disfrutar de la playa de Tel Aviv, pero él, a pesar del peligro, se va al Valle del Jordán para proteger a los palestinos. “Lo hago porque siento que la gente de mi pueblo está lastimando a personas inocentes”, explica.
Visceralmente opuestos a las políticas de su Gobierno, estos israelíes a veces se ven obligados a ocultar sus actividades, incluso a sus seres queridos. Esto no es suficiente para rebajar la motivación de Renée, una franco-israelí: “A veces escucho: ‘¿Por qué vas a cuidar de los palestinos? Ya hay suficiente para cuidar de los israelíes’. Y pues, yo decido hacer esto porque es importante que los palestinos entiendan que entre los israelíes no solo hay soldados, también hay civiles que están ahí para ayudar y que están en este espíritu de una tierra para dos pueblos”.
“Tikún Olam”, un precepto del judaísmo que significa en hebreo “reparar el mundo” y que todos aquí, ya sean judíos, musulmanes, cristianos o ateos, han decidido adoptar.