En la Cisjordania ocupada, los residentes de Nablus, la principal ciudad del norte del territorio palestino, están en alerta. Las redadas del ejército israelí están aumentando en la ciudad, pero también en los campos de refugiados circundantes.
En la Cisjordania ocupada, como parte de la Operación Muro de Hierro, las operaciones militares israelíes y los enfrentamientos con los colonos, que ahora son cosa cotidiana, hacen temer una conflagración.
El martes, vehículos blindados israelíes entraron en el campamento de Al-Ain, donde más de 80 familias fueron desplazadas por la fuerza de sus hogares, según la agencia de noticias palestina, que también informó de una muerte.
«Aquí nadie tiene inmunidad»
En este mes de Ramadán, la ciudad vieja de Nablus está repleta de gente y se escucha el ronroneo de un dron israelí. Abu Osama, tendero desde hace 40 años, observa la escena desde su silla de plástico.
«Cualquier cosa puede pasar, en cualquier momento. Cualquiera puede ser asesinado, torturado, encarcelado. Aquí nadie tiene inmunidad. La situación es muy mala. No hay seguridad. Incluso en casa, no estamos tranquilos, pueden venir a recogernos en cualquier momento», dice.
Uno de sus hijos fue asesinado por el ejército israelí hace tres años. Un combatiente, como muchos jóvenes de Nablus. Armas pesadas en mano y rostros sonrientes, son sus retratos los que adornan las calles de la ciudad. Lo que Israel propone es la erradicación de estos grupos armados.
«Vemos la mezquita ardiendo»
Con un teléfono en la mano, Hasan, de poco más de 30 años, muestra imágenes de videovigilancia de la mezquita de Al-Nasr con vistas a la plaza principal de la ciudad vieja.
«Ellos destruirán, nosotros repararemos. Allí, vemos la mezquita ardiendo: mira el humo… El 7 de marzo entraron en varias mezquitas, entre ellas esta. Registraron el local. En las imágenes de las cámaras de seguridad, no se les ve haciendo nada en particular, pero tan pronto como salieron, comenzó el fuego. Eso significa que deben haber hecho algo al respecto», afirma.
Hace unas semanas, Bezalel Smotrich, el ministro de Finanzas de Israel, dijo que Nablus debe correr «la misma suerte que Jabaliya en Gaza«.