La violencia armada en Haití se intensifica y amenaza con el colapso total del país. Puerto Príncipe está en caída libre y cerca del 90 % de la capital se encuentra bajo control de bandas criminales, que han obligado a más de 60,000 personas a huir de sus hogares solo en el último mes.
La cifra total de desplazados ya supera el millón, según datos de Naciones Unidas.
Las condiciones de vida en los refugios improvisados son críticas: sin agua potable, baños ni seguridad, con reportes constantes de violaciones y enfermedades como cólera y tuberculosis en aumento. Además, nueve de cada diez haitianos pasan el día sin ingerir alimentos, lo que agrava una de las peores crisis humanitarias del mundo, según la ONU.
El caos también se extiende a la comuna de Kenscoff, ubicada al sureste de la capital. De acuerdo con el diario Le Nouvelliste, la madrugada del lunes 24 de marzo, las localidades de Boucan y Depanse fueron atacadas por la coalición criminal Viv Ansanm, que asesinó a varios residentes, incendió viviendas y saqueó propiedades.
El agente ejecutivo interino de Kenscoff, Massillon Jean, denunció la inacción de las autoridades y afirmó que la comuna está completamente aislada.
Territorios tomados
Desde el ataque del 27 de enero que dejó alrededor de 50 muertos y decenas de casas destruidas, la zona vive bajo asedio.
“Los bandidos están ocupando cada vez más territorios. Han tomado Kafou Bèt, Kikwa, Platon Bonga, Ti Plas en La Hatte, Nan Kroupi en Belot, y sectores como Bois d’Avril, Gourdet, Tiriyobe y Kafou Badio”, declaró Jean al medio Panel Magik.
Ante la imposibilidad de acceso terrestre a estas áreas, el alcalde de Kenscoff pidió el uso urgente de drones kamikaze para neutralizar a los grupos atrincherados en zonas montañosas y de difícil acceso.
Según reportó Jacqueline Charles del Miami Herald, en la capital, los grupos armados han destruido hospitales, bloqueado carreteras, atacado estaciones de policía y hasta incendiado la única unidad de cuidados intensivos del país. Más de 1,000 escuelas están cerradas y unas 40 fueron destruidas en enero, afectando a unos 200,000 niños, según Unicef.
- “La situación catastrófica en Haití ha sido descrita como una prisión abierta”, advierte Jacqueline Charles, reportera del Miami Herald especializada en el Caribe.
El aeropuerto Toussaint Louverture y el puerto marítimo aún no han sido tomados, pero la violencia en las vías de acceso mantiene ambos puntos críticos bajo constante amenaza. El aeropuerto también alberga a los efectivos de la Misión Multinacional liderada por Kenia, cuyo despliegue, de apenas 1,000 agentes, sigue siendo insuficiente para contener la violencia.
Mientras tanto, Estados Unidos ha congelado fondos clave y evalúa imponer restricciones de viaje que afectarían incluso a haitianos con visa estadounidense. Esta semana, el Departamento de Seguridad Nacional publicará un aviso para cancelar los permisos migratorios de más de 211,000 haitianos que ingresaron bajo el programa humanitario de la administración Biden.