POR DANILO CRUZ PICHARDO..- Recientemente la Cámara de Diputados, en acto efectuado en el Salón de la Asamblea Nacional, ofreció un reconocimiento póstumo a Maximiliano Gómez (El Moreno), antiguo secretario general del Movimiento Popular Dominicano, quien fue asesinado en Bruselas, Bélgica, el 23 de mayo de 1971, cuando apenas contaba con 28 años, en un hecho que se le atribuye a la CIA. La señora Carmen Mazara, viuda Gómez, un símbolo viviente de luchas por las causas nobles, pronunció palabras muy emotivas en el acto.
El reconocimiento a El Moreno, producto de una resolución aprobada por diputados de todas las bancadas de ese hemiciclo, es una manera de rendir honor a sus luchas por las causas libertarias y democráticas de la República Dominicana, en una época de carencia de libertades políticas y respeto a los derechos humanos, como en efecto fueron los últimos años del trujillismo y el intento de sus remanentes de permanecer en el poder a la muerte del tirano.
Maximiliano Gómez Horacio se destacó por su oposición al régimen del triunvirato y participó en la Guerra de Abril, enfrentando a las tropas norteamericanas que ocupaban el territorio dominicano. Tuvo, además, una destacada actuación contra el terror político que impuso Joaquín Balaguer a partir de 1966. El Moreno no solo fue un revolucionario que abogaba por la liberación de su pueblo, sino un intelectual, lector e investigador incansable sobre los problemas históricos y de su época en términos políticos, sociales y económicos, a tal punto que a los 23 años fue designado máximo líder del MPD, diseñando estrategias contra el gobierno criminal.
El Moreno apenas cursó un octavo curso, porque desde la adolescencia se vio obligado a trabajar como obrero del Ingenio Consuelo y del muelle de San Pedro de Macorís, despertando simultáneamente inquietudes políticas y sociales que lo llevaron a ser un apasionado de la lectura, haciendo énfasis en aquellas epopeyas y eventos registrados en el ámbito mundial que generaron cambios y transformaciones históricas de muchos pueblos.
Indudablemente que se trató de un hombre excepcional, si partimos de su humilde origen y el hecho de que no tuvo la oportunidad de acudir a realizar estudios a ninguna academia superior. Solo la vocación de servirle a su pueblo y la fuerte voluntad de dotarse de conocimientos podían llevarlo a un nivel intelectual tan elevado y convertirse en líder y paradigma de los hombres y mujeres de la organización de izquierda de mayor vigencia de la época, el MPD.
Convertirse en intelectual y estratega político a muy temprana edad no es muy común en República Dominicana. Me cuentan que era de alta estatura, carismático, culto, de verbo ágil, sociable, honesto y simpático, pero firme y valiente. Dijo Thomas Carlyle que: “Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa como el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate”.
El Moreno tenía un talento fuera de serie. Es de estos hombres que surgen cada 100 años y es una de las razones que valora la Cámara de Diputados para hacer honor a quien honor merece.